No es tarea fácil distinguir, entre el maremágnum
de publicaciones líricas que anegan el mercado editorial todos los años, cuáles
de esas obras sobrevivirán a la erosión del tiempo y quedarán como testimonio
de calidad y de pureza para las generaciones futuras. Y la tarea resulta aún
más ardua cuando el período de análisis no se circunscribe a un año, sino que
se dilata hasta una década y media. Esta arriesgada exégesis es la que ha
ejecutado el profesor y académico Francisco Javier Díez de Revenga en su
valiosa contribución Poetas españoles del
siglo XXI (Aproximaciones al mapa poético actual), cuyo primer volumen
publica con elegancia inteligente el sello Calambur.
Para acometer esta ciclópea tarea, el estudioso
debía atesorar al menos tres cualidades en grado sumo: un vastísimo bagaje de
lecturas, una acendrada capacidad de selección y un riguroso estilo expositivo.
Sin duda, el catedrático murciano brilla en los tres ámbitos, lo cual le
permite trasladarnos unos juicios literarios de enorme valor, que extiende a
autores de toda condición, edad o nivel de fama. Con transparencia y
rotundidad, Díez de Revenga nos va diseccionando las figuras de José Manuel
Caballero Bonald (“Poeta egregio, de muy larga y veterana trayectoria
literaria, a quien los años han nutrido de lucidez y de conocimiento, y también
de precisión para comunicar ansiedades, dudas, insumisiones y rebeldías”),
Clara Janés (“Con un estilo brillante y muy personal, lacónico porque lo exige
la materia tratada, con un verso que es expresión de un ansioso balbuceo,
revelador tanto de inseguridad como de pasión por el conocimiento, formaliza la
autora un estilo y un vocabulario únicos en la poesía española del presente
siglo”), Pere Gimferrer (“Inagotable, apasionado, entusiasta poeta
contemporáneo, arrebatado por su propia inspiración”), Jaime Siles (“Revela, a
lo largo de su dilatado itinerario poético, coherencia y solidez, al unir la
deliberación de su propio yo poético con la comunicación con el mundo a través
del lenguaje, en la seguridad, en la convicción, de que la palabra poética
tiene una potencia salvadora que, a su vez, convence y atrapa irremediablemente
al lector”), Pascual García (“Es dueño, hace muchos años, de un lenguaje
poético (y desde luego narrativo) de una gran fuerza expresiva. Domina
plenamente los recursos más imaginativos para dotar a sus representaciones
poéticas de verdad, pero también de naturalidad y elegante estilo. Sus formas
poéticas muy clásicas, sus endecasílabos, alejandrinos y heptasílabos, claros y
serenos, pero potenciadores de un ritmo necesario, confirman la calidad de un
estilo inconfundible”) o José Cantabella (“Palabra natural, distendida, acogida
en un verso elegante y dúctil, que imprime el ritmo de realidades que fueron, o
que son, pasiones; palabra poética revestida tenuemente de realismo y de
evidente sensualidad mostradora de realidades sublimadas o expresadas con
desnudez”).
Podría seguir anotando citas, porque el libro está
enjoyado de ellas, pero estimo que las seleccionadas son bastante ilustrativas
de la capacidad que el catedrático murciano tiene para condensar en media
docena de líneas sus reflexiones lentas y enriquecedoras. Son solamente seis
ejemplos de los veintiséis excelentes trabajos que este volumen contiene, en
los que Francisco Javier Díez de Revenga expone con insuperable agudeza su
documentada visión sobre el panorama lírico de la España actual. Un tomo que
no debería faltar en la biblioteca de ningún docente que se dedique a la
enseñanza de la literatura.
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