martes, 22 de marzo de 2016

La casa de Shakespeare



Decía Carlos Rico-Avello, en un libro minucioso, casi impertinente, sobre el Fénix de los Ingenios (Lope de Vega, flaquezas y dolencias, Madrid, 1973), que “del genio no hay que desperdiciar ni las migajas”. Y la sentencia, siempre que sea entendida en su vertiente más elogiosa y más admirativa, habría que aplicársela también al canario Benito Pérez Galdós, gigante de la novela del siglo XIX que, aparte de obras tan prodigiosas como Fortunata y Jacinta, Misericordia o los ciclópeos Episodios nacionales, también nos legó pequeñas joyitas como ésta que hoy nos ocupa, publicada por la editorial Rey Lear.
En el mes de septiembre de 1889, el novelista español decidió visitar la casa de William Shakespeare, donde nació el escritor que, en palabras de Pérez Galdós, construyó sus obras de teatro y sus poemas “con una maestría no igualada por ningún mortal” (p.46). La admiración que se advierte en don Benito por el genio de Stratford es enorme, y así lo atestiguan las citas que podrían irse espigando a lo largo de todo el volumen: “el soberano hacedor de humanidades vivas, Guillermo Shakespeare” (p.22), “el más grande hijo de Inglaterra” (p.55), “el dramaturgo que ha sido y será siempre asombro de los siglos” (p.60), etc. La generosidad del narrador canario es absoluta, y no muestra vacilación a la hora de reconocer la excelsa calidad del inglés. Por tanto, la visita a su casa adquiere unos tintes casi religiosos (llega a compararla con una “Jerusalén literaria” en la página 28), que lo autorizan a emitir dictámenes tan taxativos como el que aparece en la página 36, que resume su sentir ante la vivienda donde vio la luz primera el genial autor: “Shakespeare vivirá eternamente y su humilde morada despertará más curiosidad y admiración que todos los palacios de príncipes y magnates”.
Por las hojas de esta obrita (auténtica delicatessen para aficionados a la buena literatura) desfilan además los nombres de otros escritores de prestigio, a los que Galdós recuerda o menciona en relación con William Shakespeare: Charles Dickens, Thackeray, Chaucer, Walter Scott, Washington Irving, Goethe, lord Byron... e incluso Miguel de Cervantes.

En suma, un breve jardín sosegado por el que pasear en compañía de algunos de los mejores escritores de todos los tiempos, leídos, amados y puestos en relación por Benito Pérez Galdós, el novelista más grande, versátil y enérgico que ha visto España desde el siglo XVIII para acá. ¿Quién puede negarse, en su sano juicio, a emprender dicho paseo?

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