Empezar el
año descubriendo la obra de nuevos autores siempre es una alegría, que sirve
para mantener fresca la ilusión de la literatura. En este caso, la joven
editorial murciana Tirano Banderas apuesta por la primera novela de la doctora
Teresa Soriano Oms, que se titula Una
cuna para Samir y que presenta muchos atractivos desde el punto de vista
argumental y también desde el punto de vista literario.
La narración
se vertebra en dos planos temporales (el primero, situado en los años 80 del
siglo XX, y el segundo ambientado en el año 2025), pero la distancia entre
ellos, lejos de mantenerse férrea y artificial, como ocurre en otras
fabulaciones, está continuamente reducida por la existencia de unos “puentes
cronológicos” que la novelista concibe para vincular ambos períodos. Es decir,
que la protagonista de la acción futura, Maira, escucha durante su proceso de
investigación una serie de testimonios (o lee documentos) sobre lo que ocurrió
cuatro décadas antes, y de esa manera se mantiene una especie de diálogo poroso
entre los dos ámbitos. Esto le permite jugar con una rica alternancia de voces
narrativas, en primera o tercera personas, que completa con un lenguaje
sencillo y una selección de imágenes realmente eficaz.
La historia
que nos traslada es, por otro lado, tan tierna como realista, tan dulce como
agria: las penosas vivencias que tiene que padecer el niño Samir desde su
infancia africana (con una pierna de menos por culpa de una mina antipersonas,
huérfano, pobre y sin estudios) hasta su madurez en España (país al que emigra
en busca de mejores oportunidades de vida). En este viaje desde la pobreza
hacia la esperanza lo acompañará Mohamed, su mejor amigo, con el que establece
unos lazos de auténtica hermandad. Durante su aventura tendrá que vérselas con
personas racistas y con toda suerte de trabas burocráticas, aunque también con
gentes de buena voluntad que intentarán ayudarle a conseguir el sueño de la
integración, el amor y un futuro digno y estable para él y para sus herederos.
Lógicamente,
el grave peligro que corría Teresa Soriano cuando decidió abordar esta
exploración novelística era sucumbir al panfleto o a la narración ternurista,
pecado en el que han incurrido muchos de quienes han elegido esta temática.
Pero lo cierto es que ella esquiva con pericia esas tentativas espurias y se
adentra en una fabulación llena de brío, musculosa y ágil, en la que los
diversos escenarios están dibujados con elegancia y los personajes adquieren
cuerpo gracias a un escrupuloso proceso de modelado por la parte de la autora,
que nos entrega varias historias de amor y tenacidad en una sola novela.
Se suele ser
indulgente con la primera producción de los nuevos autores (es casi un axioma
que pocos se atreven a vulnerar), pero en este caso resulta muy sencillo hacerlo,
porque la valenciana Teresa Soriano demuestra un buen pulso narrador,
habilidades sólidas en el lenguaje y un certero dominio de la arquitectura
novelística. Puede ser aplaudida sin ningún tipo de reserva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario