La vida te da sorpresas; sorpresas te da la vida.
Son palabras de Pedro Navaja que ilustran perfectamente lo que acaba de
ocurrirme con Hiromi Kawakami, una escritora japonesa cuyo libro Abandonarse a la pasión cogí en la
biblioteca por pura casualidad. La traducción es de Marina Bornas Montaña y la
edición, preciosa, de Acantilado. Y si digo que ha constituido una sorpresa es
porque me ha encantado. Mis lecturas de autores orientales no han sido
demasiadas, pero sí que han resultado siempre insatisfactorias. Kenzaburo Oé,
Yukio Mishima, Yasunari Kawabata y otros grandes y pequeños autores me han
dejado frío con sus páginas. He sido incapaz de emocionarme o deleitarme con
sus narraciones, sus hallazgos estilísticos, la psicología de sus personajes,
sus pinturas, sus guiños, su sintaxis. Pero de repente aparece Kawakami y no
tengo más remedio que ponerme en pie y aplaudir.
Sus “Ocho relatos de amor y desamor” (así se
subtitula el volumen) han logrado embriagarme. Y no porque respondan al modelo
que más admiro en los relatos (los finales sorprendentes cortazarianos), sino
porque su suavidad, la languidez de sus diálogos y ambientaciones, su ritmo
cadencioso, las brumas tenues en el argumento y sus deliciosas pinceladas
descriptivas me han ganado como lector. La lluvia fina que empapa a Mezaki y
Sakura en la primera de las historias; el amor loco, abrupto y ambulatorio que
empapa a Mori y Komaki en el segundo; el agónico canto de la tortuga que queda
en los oídos de una mujer cuando su pareja (Yukio) decide abandonarla; la
relación casi sadomasoquista que vemos entre Nakazama y su pobrecita novia; la
simbología freudiana del pavo real en el cuento de Hashiba y Tokiko; la
preciosa historia de amor y muerte, con un final triste, que enlaza a una
pareja de amantes clandestinos que deciden suicidarse (“Cien años”); las
complejidades eróticas y sentimentales que se advierten en las páginas de “El
insecto dios”, donde se nos habla del amor, sus aperturas y esa extraña
incapacidad que algunas personas tienen para verbalizar eficazmente sus
sentimientos; o, en fin, la sorprendente aventura vital de dos amantes que,
tras sufrir una maldición terrible de sus parejas “oficiales”, alcanzan un
estatus inesperado e indeseado de inmortalidad.
Todo, todo es bellísimo en este volumen de Hiromi
Kawakami. Y me siento tan feliz de haberlo descubierto que quería compartirlo
en esta página.
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