En
junio de 1973, una chica de quince años llamada Juana volvió a casa con una
triste noticia, que no sentó nada bien en el ámbito familiar: su boletín de
calificaciones estaba enrojecido con demasiados suspensos, lo cual la condenaba
a permanecer todo el verano estudiando, para recuperar las materias pendientes
en la convocatoria extraordinaria. Pero no todo fue tristeza en aquel verano, porque
gracias a un programa radiofónico que escuchaba para amenizar sus horas de
estudio aquella chica descubrió la música de los Beatles, a la que accedió
atravesando una puerta que se llamaba Penny Lane. Medio siglo después,
esa chica, convertida en una adulta que ha repartido su vida entre la pintura y
la docencia, realizó un viaje a Liverpool, para conocer los paisajes natales de
los Fab Four e impregnarse del magnetismo primigenio de su mundo.
El
resultado es The Beatles. Unas notas, que publica el sello Almadenes y
que constituye una auténtica joya para quienes aman (para quienes amamos: me
incluyo) la música de aquellos portentosos muchachos ingleses llamamos Paul,
John, George y Ringo, que compusieron buena parte de la banda sonora de
millones de vidas. Paseándose por Penny Lane, entrando a tomar café en el
Cavern, caminando por las casas donde nacieron y vivieron Lennon y McCartney,
visitando los diferentes lugares que guardan la memoria de aquellos cuatro
jóvenes (o seis, si incorporamos a Pete Best y Stu Sutcliffe), que, guiados por
los consejos de Brian Epstein, se convirtieron en el grupo musical más
influyente de todos los tiempos, Juana Martínez Vázquez nos entrega un
documento precioso que nos permite comprender o enriquecer los perfiles de una
pasión que la ha acompañado durante toda su vida y con la que muchos (insisto:
me incluyo) hemos ido creciendo. Yo también escuché los discos de los Beatles
hasta rayarlos. Yo también coleccioné sus fotos y las fui pegando en álbumes.
Yo también sufrí la conmoción por las muertes de John y George. Yo también
espero con auténtica angustia las de Paul y Ringo.
Pero
es que, además de permitirnos acceder a un “paseo virtual” por el mundo del
Liverpool Beatle, esta obra de la escritora valenciana nos ayuda a conocer
mejor a personas imprescindibles de aquel fenómeno social y musical (véanse las
páginas dedicadas a Freda Kelly) y a descubrir visitas casi ignoradas (como la
que Paul McCartney realizó a Villajoyosa durante varios días en el verano de
1972, con su esposa e hijas).
Una auténtica maravilla de libro. De verdad. Impagable.
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