martes, 22 de junio de 2021

La noche de Hernán Cortés

 


Reconstruir la vida de un personaje famoso, ayudándose de documentación histórica, de libros eruditos y del testimonio de sus contemporáneos, constituye sin duda un esforzado proyecto que, si se ejecuta con honestidad, merece todos los aplausos. Pero absorber todo ese caudal de información y utilizarla para reinterpretar al personaje es una tarea mucho más laboriosa, más imaginativa y más ardua. Este último es el camino que elige transitar el dramaturgo mexicano Vicente Leñero (Guadalajara, 1933), quien se provee de un gran aparato de notas sobre la vida y actuaciones del conquistador español y las modula para construir su obra La noche de Hernán Cortés, un viaje en el espacio y en el tiempo que nos lleva desde 1485 hasta 1547, desde Sevilla hasta Coyoacán (pasando por Cempoala o Santiago de Cuba).

El protagonista de estas páginas es el aventurero extremeño que, en el siglo XVI, expandió su figura por las recién descubiertas tierras americanas. Lo vemos joven, viejo, aguerrido, decrépito, brutal, considerado, respetuoso, iracundo, sarcástico y débil; lo vemos con su esposa Catalina (a la que terminó asesinando) y con la indígena Malintzin (con la que mantuvo una relación y procreó); lo vemos con su odiado Diego de Velázquez y con los caciques locales; lo vemos zarandeado por la amnesia, devorado por el deseo sexual, asaltado por la furia, empecinado en el afán de destrucción, corroído por la melancolía e incluso atravesado por las flechas enemigas. Y todo ese juego de espejos, metáforas, laberintos, proezas y mezquindades coloca ante nuestros ojos la figura de un hombre al que Vicente Leñero esmalta con innegable brillantez.

Memorable.

2 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Desde que hace ya dos años estuve en México la figura de Cortés me atrae muchísimo. Ahora mismo acabo de leer "Castellano" de Lorenzo Silva y comparar lo que en los mismos años sucedía aquí en España y al otro lado del Atlántico donde Pizarro en Perú y Hernán Cortés en Nueva España estaban realizando es un ejercicio apasionante.
Un abrazo, Rubén

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Estoy con Juan Carlos, no hace mucho que he leído Castellano, y nada me poca atracción por este tipo de novelas y género en general, me ha gustado mucho.
Hasta tuve un gato que le puse Hernán 🙄😅💋