Leo una antología de John Donne, preparada y traducida por
José María Martín para el sello Visor, y me encuentro en sus páginas una voz
deliciosa y que se me antoja finamente dulce, enérgica y vitalista. Es la voz
de un ser que ama con el corazón, pero también con el cerebro. Muchas de las
composiciones apetece leerlas (lo he hecho) en voz alta. “El aniversario” es
idóneo para escribirlo en un buen pergamino y colgarlo en la pared del
despacho; “A su querida al irse al lecho” es tremendamente hermoso; “Epístola
noble de Safo a Eilena” es uno de los poemas lésbicos más impresionantes y
bellos que recuerdo haber leído…
La única pega que le podría poner a este volumen sería la
irritación que me ha producido en algunos momentos la enervante sintaxis, que
no sé si debo atribuir al autor o al traductor: frases que se enredan y se dan
la vuelta y se retuercen, no dejando que la belleza fluya con naturalidad. Por
lo demás, todo delicioso.
Apunto aquí algunos de los versos que he subrayado con auténtica glotonería en el tomo: “Amor admite al pobre, al tonto, al falso, pero no al atareado, enfermedad peor del querer”. “El amor entre fiebres pide epidemias”. “Profanación de nuestros gozos sería el contar nuestro amor a los que no están iniciados”. “La ancianidad, que tardamos cincuenta años en conseguir”. “Te tengo, si sueño que te tengo”. “Siervos somos de la opinión”. “Cuán bendito soy en este descubrirte”.
1 comentario:
No estoy yo últimamente muy amorosa, ando un poco a la gresca... Pero nunca le digo que no a un buen poemario, además yo prácticamente siempre los leo en voz alta 🤗😉💋
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