Sabemos
lo que quieren que sepamos. Hay grupos, y personas, y organizaciones, y
gobiernos que, desde las sombras, manipulan los conductos de la Historia desde
hace siglos y nos entregan una versión distorsionada o amputada de la misma. Y
no se trata de que nos hayamos convertido de pronto en unos locoides que
creemos ver conspiraciones y misterios por todos sitios sino que, por fortuna, comenzamos
a escudriñar la realidad con ojos lúcidos y somos capaces de descubrir dónde
están las grietas, las zonas de sombra, los estercoleros. Al principio,
confiábamos en que nos decían la verdad; luego sospechamos que quizá nos
mentían; ahora sabemos que lo hacen. Del Paraíso a la Realidad se viaja por un
sendero de fango.
El
novelista alhameño Patrick Ericson nos sorprendió en febrero de este año con la
publicación en español (salió antes en edición brasileña) de su obra Anochece en Irak, donde se trabaja sobre
una hipótesis inquietante: ¿y si todo lo que nos ha asaltado en forma de horror
en los últimos tiempos (el atentado contra las Torres Gemelas, la guerra de
Irak, Ben Laden, la cacería contra Saddam Hussein, Siria) formasen parte de una
campaña milimétricamente diseñada para alterar el equilibrio de poderes en el planeta
y establecer un Nuevo Orden Mundial dirigido por los Estados Unidos? Esa
posibilidad, bien lo sabemos, circula por Internet, en redes sociales y en la
pluma de algunos investigadores especialmente incisivos o partidarios; pero
Patrick Ericson la convierte en material novelístico de una forma contundente,
uniendo varios elementos de innegable atractivo: un militar (Jack Parsons) que
ha perdido a su esposa embarazada en el incidente del World Trade Center y que
ahora busca venganza; un ambicioso periodista de la BBC (Rory Moore) al que
ofrecen una exclusiva rompedora; la directora de un museo (Aisha), que posee el
documento que incrimina al gobierno yanqui… Y, cubriéndolo todo, una telaraña
de intereses, traiciones, alianzas, silencios y crímenes que cercarán y
salpicarán a los protagonistas con angustiosa exactitud hasta llevarnos a uno
de los personajes, “el hombre que asesinó a Osama Ben Laden” (p.384).
Por
supuesto (es marca de la casa), Patrick Ericson introduce en esta novela una
inaudita cantidad de documentación (armas, topografía, historia, inteligencia
militar, vocabulario castrense) que queda siempre como sustrato de la fábula y
que no entorpece el placer de su lectura. Una auténtica experiencia novelística
para llenar nuestro verano de horrores y de reflexión.
1 comentario:
Como todos los veranos, en cuanto nos juntamos todos los parientes en el mismo lugar, parece que estemos en la franja de Gaza ¡Y con armas de destrucción masiva! chico, esta vez no me lo llevo, demasiada guerra a mi alrededor ya, jajajaja.
Un besote.
Yolanda.
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