lunes, 10 de julio de 2017

La vida es lo que llueve



La microficción constituye un ámbito en el que, siguiendo a Gracián, “más obran quintaesencias que fárragos”. Es decir, que todo debe quedar dicho por destilación y con brillantez. O, por decirlo de un modo más afilado: que el famoso KO con el que propugnaba Julio Cortázar que todo relato debía vencer a su lector ha de producirse en el primer round. Pura mena, pura cal, puro grano.
La cacereña Pilar Galán es la autora del volumen La vida es lo que llueve, una recopilación de viñetas narrativas altamente recomendables que publica De la luna libros y donde encontramos por doquier demostraciones fehacientes del talento literario en estado puro: viñetas de humor inspiradas en las redes sociales y sus inconvenientes y curiosidades (“Twitter Tuus”); venganzas terribles cuya memoria espectral enturbia los otoños de la narradora (“Tardes de noviembre”); reflexiones sobre el matrimonio agrio que forman a veces el éxito y el fracaso, siameses inseparables (“Filling Gaps”); historias en las que una ruptura sentimental puede resumirse a través de los carteles publicitarios que adornan las marquesinas (“Anuncios”); secuencias mitológicas de delicada factura (“Manga ranglan”); relatos serenos, esmerilados, contundentes, en los que la muerte se erige en protagonista derrotada (“Nadar sabe mi llama el agua fría”) o una de las cartas más tiernas, dulces y emotivas que recuerdo haber leído en mucho tiempo (“Querido Emiliano”).
Con un dominio amplio y versátil de los recursos arquitectónicos, Pilar Galán va dibujando sus territorios narrativos, que se convierten en esferas (bruñidas, brillantes, maravillosas) ante los ojos asombrados y admirativos de sus lectores. No hay en estos relatos ningún tipo de imperfección o rasguño. Todo brilla, incluso cuando se adentra en zonas especialmente delicadas, como el humor. La muestra la tenemos en composiciones como “Huraño enriquecido”, donde nos recopila barbaridades de sus alumnos con voluntad indulgente o melancólica; o en “Yo la conocí en un taxi”, donde el amor, el desamparo y la interculturalidad se unen en un texto antológico.

En resumen, un libro al que conviene aproximarse y cuyas virtudes no quedan agotadas en una primera lectura. Espléndido.

2 comentarios:

Pilar dijo...

Muchísimas gracias

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Hola Rubén!
Hay algo en los relatos que me atrae como bombilla a un bichejo; el poder leer pequeñas novelas en una sola me encanta, pequeñas novelas y grandes historias ¿y sentir emociones nuevas al releerlos? No puedo dejarlo pasar...

Magnífica reseña!
Besitos 💋💋💋