Le cederé la
palabra al argentino Jorge Luis Borges: “Yo, que tantos hombres he sido…”.
Pascual García (Moratalla, 1962) también ha sido a lo largo del tiempo muchos
hombres porque aunque la envoltura externa nos hable de uno solo, versátil,
lúcido y sorprendente, resulta complicado admitir que cohabiten tantas voces en
su interior: el poeta, el cuentista, el conferenciante, el docente, el crítico.
Fruto de la mixtura de todos esos saberes, de todas esas inquietudes, nace a la
luz pública una nueva vertiente como creador: las entrevistas que ha mantenido
durante los últimos años con algunos escritores de dentro y fuera de Murcia:
desde Pedro García Montalvo (que abre el volumen) hasta Antonio Arco (que lo
clausura). De la edición, hermosamente ilustrada con un cuadro de Francisca Fe
Montoya, se encarga el sello MurciaLibro, que la acaba de poner en las
librerías.
Nos encontramos
ante un volumen mayéutico, en el sentido socrático de la palabra: el
entrevistador propone anzuelos a los diferentes escritores que pasean por estas
páginas y luego los deja que merodeen, que divaguen o que muerdan de forma
directa. Recogiendo sedal, distrayéndose en la escucha o insinuando diferentes
ángulos de aproximación, Pascual García elabora unos retratos que tienen mucho
de autorretratos. Porque esa virtud, capital en un libro de estas
características y tan difícil de conseguir en la práctica, es la médula del
volumen: lograr que sean estos hombres y mujeres quienes perfilen los rasgos
que los dibujan interiormente; que sean sus propias voces y sus respuestas las
que tracen ante nuestros ojos una imagen coherente, nítida, plástica, de sus
ideas, miedos, intenciones o intereses.
Algunas de las
personas entrevistadas propenden más a la facundia y otros (el ejemplo de Luis
Alberto de Cuenca es paradigmático) se instalan en un desganado laconismo; pero
de todos extrae Pascual alguna idea interesante, alguna sentencia, algún
destello. Así, García Montalvo nos explicará que “el paso del tiempo y la
hermosura de vivir” (p.46) son los temas fundamentales de su producción
literaria; Manuel Moyano nos comunicará que, en su opinión, “el escritor es,
por definición, un extranjero, alguien que siente cierta ajenidad entre los
demás hombres” (p.72); Antonio Parra Pujante nos susurrará que “el arte es
aquello que cura lo que no tiene cura, como quizás también la literatura,
siempre la música y, a veces, la filosofía” (p.108); Francisco Javier Díez de
Revenga coloca el núcleo de su actividad intelectual en una frase muy sencilla
y muy honda: “Saber leer, entender lo que se lee y saber explicarlo” (p.170);
José Cantabella nos avanza su proyecto para los próximos años: “Apartarme cada
vez más de los actos públicos para adentrarme en mi faceta como escritor”
(p.200); y Antonio Arco (por no agotar las referencias) concluye que “estoy
convencido de que las palabras bien escritas, de que un lenguaje luminoso, el
que se nutre tanto de la cultura atesorada como del alma en vilo, sobrevive a
la muerte” (p.326).
En resumen
(aunque este tomo no admite resumen), nos encontramos ante un trabajo
excepcional, serio, hondo, inteligente, en el que Pascual García cede el
protagonismo a diecinueve escritores con quienes se sumerge en conversaciones
tan interesantes como enriquecedoras. La apuesta de MurciaLibro se convertirá
en un volumen de referencia para los admiradores de cualquiera de los veinte autores: los entrevistados y el entrevistador.
1 comentario:
No conocía la obra, así que tomo nota.
Como siempre impecable! 💋💋💋
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