Leí en mi
juventud y releo en mi madurez los sorprendentes, sinuosos y profundos Diarios de Franz Kafka, en la traducción
de Feliu Formosa (Bruguera, Barcelona, 1984). Son páginas extrañas, llenas de
una ensortijada proliferación de arañitas mentales donde me resulta evidente
que el escritor checo era cualquier cosa menos una persona normal. Sus caminos
lógicos, sus reflexiones, sus ideas sobre su entorno, están llenos de anfractuosidades,
de esquinas de sombra, de ciénagas. En ocasiones incluso se siente uno tentado
de considerar la posibilidad de que no estuviera del todo cuerdo. Eso lo hace
tan atractivo como inquietante, a mi entender. Fascinante, perturbador,
traslúcido. Kafka.
“Es
indudable mi avidez por los libros. No tanto por poseerlos o leerlos como por
verlos, por convencerme de su permanente existencia en los estantes de una
librería”. “Nada en el mundo dista tanto de una experiencia como la descripción
de esta experiencia”. “Cuando uno se queda solo, crece en inteligencia y en
serenidad”. “Simplemente, no dar un valor excesivo a lo que he escrito, porque
me resultaría inalcanzable lo que he de escribir”. “Necesito estar solo mucho tiempo.
Lo que he realizado hasta ahora no es más que un triunfo de la soledad”. “Apenas
si tengo algo en común conmigo mismo”. “Hay posibilidades para mí, sin duda,
pero, ¿bajo qué piedra están escondidas?”. “Si estoy condenado, no sólo estoy condenado
a morir, sino que también estoy condenado a defenderme hasta el fin”. “Me
resulta incomprensible que casi todos los que escriben puedan objetivar el
dolor en medio del dolor; que yo, por ejemplo, en medio de la desdicha, y con
la cabeza ardiente de tanta infelicidad, pueda sentarme y comunicarle a alguien
por escrito: Soy desgraciado”. “Es
irresponsable viajar e incluso vivir sin tomar notas”.
2 comentarios:
Hola Rubén!
Yo era una niña muy rarita, pasaba mucho tiempo sola y fui hija única hasta los 10 años, así que me entretenía leyendo los libros que había en casa aunque no tuviera repajolera idea de lo que decían, jajaja. Kafka fue uno de esos autores.
Años después me sigo asombrando de que fuera capaz de leerle y llegar hasta la última pagina...
Siempre trayendo joyitas xiquet, en caso de necesidad podremos empeñarlas, jajaja.
Besos 💋💋💋
Cuanta razón tienes, Pelipequirroja. Yo también empecé a leer las obras de Kafka demasiado joven y me costaba mucho poder entender su trama, pero nunca he dejado de leerlas y poco a poco, y por medio de otros ensayos sobre su obra, he llegado a poder entender "un poco" su fabuloso mundo interior. "Sueños vinieron remontando el río".
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