miércoles, 22 de mayo de 2013

La jaula de los gorilas



Ahora que andamos inmersos en una época especialmente turbulenta en lo concerniente a los asuntos políticos (corrupción, sobres, mentiras, negocios sucios, prevaricaciones), decido leer la novela La jaula de los gorilas, de mi admirado Rodrigo Muñoz Avia, publicada por Alfaguara. En ella nos presenta a Gerardo, un chico de dieciséis años aficionado al cómic y que vive en una familia normal... salvo por una pequeña circunstancia: su padre es Consejero de Medio Ambiente. Acostumbrado a que su progenitor comente en casa todos los asuntos relacionados con el trabajo, y a que incluso acepte de su hijo algunas discrepancias (lo llama en broma “jefe de la oposición”), nuestro protagonista se queda perplejo cuando unos compañeros de clase le comentan que, en la radio, están comenzando a decir que su padre ha sido denunciado por corrupción. Al parecer, ha concedido licencias que benefician a algunos de los empresarios emblemáticos de la ciudad y ha cobrado comisiones por ello. Reacio a admitir que nadie le escupa a la cara ningún comentario (“Yo soy el primero que pongo a parir a mi padre por su forma de hablar en público y por muchas de sus decisiones y porque haya conseguido parecerse cada vez más al resto de los políticos. Pero una cosa es que lo digo yo e incluso que se lo diga a él, y otra cosa muy distinta es que lo digan los demás”, p.10), Gerardo comienza su particular calvario. ¿Debe creer las explicaciones de su padre? ¿Ha de confiar ciegamente en su inocencia? O, por el contrario, ¿es legítimo que dude y lance preguntas?
Zarandeado por la incertidumbre, Gerardo intentará refugiarse en sus amigos (que no le ayudan especialmente), en la relación con algunas chicas (Adriana, sobre todo), en su primo Peki (en cuya casa se hospeda durante unos días); y, sobre todo, en sus propios pensamientos, en medio de los cuales intenta hallar la respuesta que necesita. Dibujar un cómic que lo lleva atareado desde hace meses es otra de sus salidas, porque en sus páginas encuentra una vía de escape para expresar sus zozobras, sus miedos, sus esperanzas...
La jaula de los gorilas no es una gran novela juvenil: es una gran novela que pueden leer los jóvenes. Que no es lo mismo. Nos habla de cómo se puede erosionar o romper una fe; nos habla de los secretos que anidan siempre en el interior de todas las personas que nos rodean; nos habla de las ilusiones que se agrietan, de cómo juzgamos y somos juzgados. Nos habla del vértigo. Nos habla de la angustia de no estar seguros acerca de los demás. Unas páginas sin duda magníficas, que recomiendo intensamente.

1 comentario:

supersalvajuan dijo...

Las familias normales deben existir, pero no conozco ninguna.