Niños,
esos locos bajitos de los que hablaba Joan Manuel Serrat. Niños, esas criaturas
inocentes y adorables por las que los adultos nos tenemos que sacrificar.
Niños, esos seres que necesitan protección para desarrollarse. Ellos son los protagonistas
de esta colección de relatos que el barcelonés David Roas publicó en 2022 con
el sello Páginas de Espuma. Y les puedo asegurar que van a quedar impresionados
(gratamente impresionados) si deciden acercarse a sus propuestas, que conforman
un abanico temático exuberante y seductor: terribles carcajadas nocturnas, que
brotan de un lugar inesperado y que nos ponen los pelos de punta (“Vinieron de
dentro de”); una joven pareja que se ve impulsada, por presiones familiares y
amistosas, a tener un niño, que se convierte pronto en causa de insomnios y
desequilibrios (“La agonía del salmón”); un treintañero que descubre, con
perplejidad y terror, que tuvo un gemelo que murió en sus primeros meses y que
ahora se le aparece de manera fantasmagórica (“Reunión familiar”); niños que
acometen experiencias sádicas con una mantis religiosa (“Ecos de familia”);
terroríficos dibujos que tratan de reflejar al Chupacabras (“Terrores
nocturnos”); sorteos de apariencia inofensiva, pero que esconden un premio
turbador, ya prefigurado en la Babilonia de Jorge Luis Borges (“La (otra)
lotería”); o experiencias traumáticas de una familia que se recluye en un
sótano oscuro tras la invasión de la ciudad por “bestias” que podrían ser
zombis (“Subsistencia”). Muchas de ellas (quizá todas) remueven emociones
oscuras, de las que habitualmente no nos sentimos cómodos hablando con los
amigos.
Habilidoso y directo en la construcción de sus narraciones, David Roas logra que nos adentremos en cada relato con la curiosidad de quien intuye que va a sumergirse en unas aguas que, como insinuaba Jean-Paul Sartre, son siempre negras en la profundidad, pese al engañoso azul o verde de su superficie.
1 comentario:
Mil gracias por tus comentarios, Rubén
Abrazos
David
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