sábado, 17 de marzo de 2018

La caída en el tiempo




Leo La caída en el tiempo, de E.M. Cioran, en la traducción de Esther Seligson (Monte Ávila Editores, Caracas, 1977). Y vuelvo a encontrarme con el pensador terriblemente atractivo pero que devasta, porque no tolera ni un solo minuto de sosiego. Nada tiene colores; nada tiene esperanza; no hay luces en el horizonte. Cioran se plantea un implacable recorrido por la Historia y por el Hombre, y calcina toda posibilidad de dicha o alegría. Si Freud era un psicoanalista del individuo, podríamos decir que Cioran es el psicoanalista de la especie. Ambos incurren, como es fácil deducir, en notorias hipérboles, que llenan de dolor sus análisis. Pero al menos Cioran incurre también en la buena prosa, lo que no es poco. Sé (y digo ) que leeré más libros suyos.
“No son nunca los fuertes, sino los débiles, los que aspiran al poder”. “(El hombre) Nunca se acercará a las fuentes invioladas de la vida si sigue pactando con las palabras”. “Nunca se es tan hombre como cuando duele serlo”. “En cuanto alguien se deja envolver por una certeza, envidia en otros las opiniones flotantes”. “El psicoanálisis, terapéutica sádica, preocupada más por irritar nuestros males que por calmarlos, y singularmente experta en el arte de sustituir nuestros ingenuos malestares por malestares alambicados”. “De nada sirve someter al universo y apropiárnoslo: mientras no hayamos triunfado sobre el tiempo, seguiremos siendo esclavos”. “A tal punto la duda sobre sí mismos carcome a los humanos que han inventado el amor, pacto tácito entre dos desgraciados para sobrestimarse, para alabarse sin vergüenza”. “Se muere con mayor facilidad por el exceso de virtudes que por exceso de vicios”. “La enfermedad es la apostasía de los órganos”. “La sensatez ocupa el primer lugar entre los factores de esterilidad”. “(La cólera) Una crisis de demencia que nos preserva de la demencia”. “En un universo explicado sólo la locura tendría sentido”. “Saber que se es mortal es, en realidad, morir (...) todas las veces que uno sabe que debe morir”.

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