A muy pocos lectores (e incluso a muy pocos
profesores de literatura) les sonará el nombre de Silverio Lanza, un escritor
madrileño estrafalario e inclasificable que vivió entre 1856 y 1912 y que con
sus páginas se granjeó la admiración más o menos entusiasta de algunos
componentes de la generación del 98. Con la distancia de las décadas podemos
concluir, a la altura de 2012, que dejó una obra irregular, dispersa y que no
ha merecido el respeto del Tiempo, el único crítico literario fiable. Aquí
tenemos, en un volumen de pequeño formato, siete narraciones suyas editadas por
el sello Almarabú y encabezadas por un prólogo ni largo ni atinado de José
García Reyes, que incurre en algún dislate más bien aparatoso: por ejemplo,
alude en la página 8 a “su obra, hasta hoy protegida del olvido absoluto por su
desconocimiento” (es decir, que el hecho de que nadie lea hoy sus producciones
les ha permitido salvarse del olvido. Chocante elogio).
En efecto, la lectura de estos relatos (que se
supone que son los mejores de Lanza, o al menos algunos de los más notables) no
permite la emisión de ningún elogio demasiado sincero. A veces, construye
alguna frase curiosa (como cuando elige “el oro como producto mineral; el vino
como producto vegetal; y la mujer como producto animal”, p.17); emite un
dictamen que no cuesta trabajo compartir (“La civilización cruenta es un
absurdo”, p.32); esmalta algún dicterio anticlerical memorable (“Un cura pasa
por el ojo de una aguja, cosa difícil para el camello”, p.44); o desliza
ironías crematísticas, de sonriente textura (“Por fin llegó la hora del baile.
Cuánta magnificencia encerraba el salón no puede describirse sino cobrando el
manuscrito por entregas. Seré breve”, p.62). Por lo demás, poca cosa. La
crueldad que a veces despliega el Tiempo, tragándose la obra y la fama de
ciertos autores es merecida. Silverio Lanza será sólo, y siendo benevolentes,
una nota a pie de página en la historia literaria de su época.
1 comentario:
Las grandes novelas son las que soportan el paso del tiempo. Un abrazo.
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