Termino un libro
desconcertante, pero de lectura agradecida:
El jardín de Epicuro, de Anatole France, que traduce Luis Ruiz (Los Libros
del Mirasol, Buenos Aires, 1963). Cuando me prestó el volumen, mi amigo Pepe
Colomer me dijo que su autor era un auténtico reaccionario, aunque su prosa era
estupenda. Era totalmente verdad. A veces, irritan sus razonamientos por la
tendenciosidad ideológica que en ellos se observa (por ejemplo, en el cap.
XVIII dice que el mundo está desnortado desde que rechazó los dogmas de la fe,
pues éstos ayudaban a soportar el absurdo vital. Pero France no dice que la
religión fuera auténtica y que la vida sí tenga sentido, sino que pondera la
función consoladora de la primera. Curioso “pensamiento”) o por el sexismo que
dejan traslucir (dice en el capítulo LXIX que “es improcedente pretender
instruir como a los hombres a todas las mujeres”). Pero también hay reflexiones
interesantes con las que me muestro de acuerdo, para qué negarlo. O sea (y me
encanta que los libros me provoquen ese impulso): que tendría que acudir a
otros trabajos del premio Nobel de Literatura de 1922 para redondear mis ideas
sobre él.
“La Tierra, una
gota de cieno” (I). “Si se mata la pasión, se mata con ella todo” (XVII). “Toda
la vida está en el esfuerzo” (XVII). “Mientras el sabio tropieza en alguna
pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia” (XXV).
“Lejos de alegrarme cuando veo desaparecer algún viejo error, me preocupa el
error nuevo que lo reemplazará” (XXIX). “Por ser más poderosos los dioses
tienen mayor maldad” (LXVIII). “No es posible decir que las mujeres escriban
mejor que los hombres; pero es indudable que escriben de otro modo” (LXIX). “De
todas las ilusiones que pueden tener cabida en un cerebro enfermo, la gloria es
la más ridícula y funesta” (LXXIX).
1 comentario:
A mi también me lo prestó un amigo, bueno, fue un profesor que con los años se convirtió en amigo, y cuando me lo dejó me dijo también algo muy parecido a lo que te dijo el tuyo, solo que el mío agregó: no te va a gustar ahora, pero en un tiempo te encantará...
Tardó mucho en llegar ese tiempo, pero es cierto que una vez nos hicimos el uno al otro, nos entendimos muy bien.
Un beso.
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