Releo el libro El estilo
del mundo (La vida en el capitalismo de ficción), de Vicente Verdú
(Anagrama, Barcelona, 2003), que me gustó mucho desde su primera lectura en
2005 y que me colocó ante los ojos a un ensayista cuyas ideas podrán ser más o
menos discutibles, pero que tiene una prosa límpida, sugerente y llena de
formas imantadas.
Sugiere en este volumen que del “capitalismo de producción”
(que fue la primera fase) se pasó al “capitalismo de consumo”, pero que en la
actualidad nos encontramos en el “capitalismo de ficción”. Es decir, que se nos
intenta vender bienestar a través de una serie de estrategias psicológicas, que
incluyen la tendencia a la homologación, la búsqueda incesante del ocio, la
infantilización mental del consumidor, la conversión de todas las ideas
(ecologismo, solidaridad, etc) en “papilla ideológica” de fácil digestión, la
obsesión por la estética, el mestizaje como argumento para seguir vendiéndonos
cosas, etc.
Un análisis muy completo, de gran lucidez y penetración,
cuajado de datos que ejemplifican y consolidan las tesis de Verdú sin resultar
nunca enojosos para el lector no especializado. Qué hermoso y qué iluminador
libro.
“Sin estilo no hay encantamientos”. “La puerilización general
es el atajo democrático hacia la felicidad en masa”. “De la misma manera que
algunos centros del mundo se han hecho famosos paraísos para blanquear dinero
negro, el continente negro constituye un formidable paraíso para blanquear el
alma blanca”. “El mundo occidental está colmado de medios pero desertizado de
fines”. “La familia está poblada de remedios y los laboratorios se han
convertido en los grandes pacificadores sociales de nuestros días”. “El look
[...] tiende a convertirse en la exclusiva unidad de cuenta válida dentro de un
universo de cuerpos fingidos”.
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