Javier Ventura está experimentando, cuando roza el
medio siglo de vida, el más terrible período de su existencia. Por un lado, su
salud anda quebrantada de una forma irreversible (los doctores que lo tratan le
han recetado multitud de medicamentos, que ha de tomar a todas horas); por el
otro, ha descubierto que su mujer, Ana, lleva años siéndole infiel. Ambas
tristezas se le van enredando en el alma, y adopta una serie de decisiones:
abandonar su puesto de trabajo (lo que parece razonable, puesto que sus fuerzas
van a ir menguando de forma paulatina en las semanas siguientes); mantener el
secretismo sobre su dolencia, sin comunicárselo ni a su esposa ni a sus hijos (un
modo elegante y cariñoso de evitarles el dolor de asistir como espectadores
impotentes a su consunción); y, como colofón, organizar una extraña fiesta para
conmemorar el quincuagésimo aniversario de Ana, su mujer. Y si la califico de
“extraña” no es por la idea de rendir un homenaje a la compañera de su vida y
madre de sus dos hijos, sino porque la lista de invitados incorpora a todos los
amantes y examantes de Ana, de los cuales ha tenido noticia gracias al
espionaje de su correo electrónico y sus chats y mensajes. Lentamente, con una
incomprensible mezcla de abnegación y masoquismo, Javier los irá visitando por
toda España e irá comprobando que su mujer es en cierto modo una extraña para
él, pues ha llevado durante varios años una especie de existencia paralela que
él ignoraba y que ha descubierto por azar. ¿Y cómo nos cuenta esta historia el
bilbaíno Joaquín Lloréns? Pues de un modo magnético: explicándonos que Javier
Ventura ha aparecido en un coche carbonizado y con un tiro en la cabeza. ¿Quién
ha sido la persona que ha acabado con su vida? ¿Qué motivos le impulsaban? Los
lectores que quieran descubrir la identidad del asesino tendrán que pasearse
por las páginas de esta novela, escrita con eficacia, inteligente uso de las
velocidades y los tiempos narrativos, caracteres bien trazados y, sobre todo,
aguda percepción del interior del alma humana. Los análisis, las meditaciones y
las conclusiones a las que llega Javier Ventura mientras piensa en la traición
de su mujer (a la que siempre ha amado de un modo exclusivo y profundo) son tan
conmovedoras como serias y convincentes; y nos demuestran que Joaquín Lloréns
ha sabido construir una pieza memorable dentro del género novelístico.
Acercarse allí donde respiran los monstruos, pulsar resortes tan delicados y
salir literariamente airoso no lo hacen sino los mejores.
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