Lo mejor que tienen los milagros, aparte de su
condición sobrenatural, es su carácter imprevisto. Como dijo el pintor James Whistler
con respecto al arte: simplemente suceden. En medio del centenar de libros que
suelo leer al año, es normal que aproximadamente una docena me parezcan buenos
o muy buenos; pero apenas dos o tres los marco con un asterisco, para recordar
que los quiero releer dentro de unos años o (me guía el optimismo) dentro de
unas décadas. Son lo especial entre lo bueno, lo selecto entre lo admirable. A
veces es un poemario; a veces, una novela; más raramente, un libro de aforismos
o uno de ensayo. El libro de relatos Interior
azul, que firma Anna R. Ximenos y que edita hermosamente Fondo de Cultura
Económica, ya tiene su asterisco en la página de respeto. Y supe que se lo
pondría desde la mitad del volumen. Así me pareció de acertado y hermoso.
Todas sus historias tienen como título un nombre de
mujer (una poeta, una novelista, una pensadora) y se construyen con una técnica
sólida y muy bien meditada: seleccionar instantes, diapositivas, ángulos
privilegiados o secretos de sus personajes, para ir esculpiendo con ellos su
retrato íntimo. El resultado final es un ramillete de historias donde todos los
grandes y pequeños recovecos del alma resultan retratados y diseccionados con
elegante prosa: el deseo entre dos mujeres, la derrota y la sumisión, la
escritura como exorcismo, la búsqueda de un remedio a la enfermedad, la
traición, el suicidio, el amor imposible... Mil pasillos interiores del ser
humano que encuentran acomodo y análisis en estas páginas.
Anna Ajmátova se plegará a escribir un poema
laudatorio sobre el inicuo José Stalin, que enviará a su hijo Lev, preso en un
durísimo campo de concentración por orden del dictador; Jane, la esposa de Paul
Bowles, no podrá evitar la atracción que sobre ella ejerce su sirvienta
Cherifa; Marguerite Duras envejecerá dificultosamente junto al joven Yann
Andrea; la poeta Anne Sexton comenzará a redactar versos por sugerencia de su
psiquiatra, como mecanismo para liberarse de sus demonios; Anna vivirá inmersa
en una relación más que difícil con su padre, el célebre Sigmund Freud; Karen
Blixen (inmortalizada en el mundo de la literatura con el seudónimo de Isak
Dinesen) quedará dibujada en cuatro viñetas memorables; Katherine Mansfield
atravesará un auténtico calvario emocional y físico junto al esotérico
Gurdjieff; Carson McCullers podrá conocer la enrevesada condición de algunos
hombres mientras toma clases de piano con Mary Tucker; Hannah Arendt se
enamorará, pese a su condición de judía, del filósofo pronazi Martin
Heidegger...
Las historias que este libro contiene son, como
decía, bellísimas; pero también amargas, melancólicas, reveladoras del atroz sufrimiento
que todas sus protagonistas, sin excepción, tuvieron que atravesar y del que no
salieron ni mucho menos indemnes. A veces, las vidas son pantanos o tienen
instantes de pantano, y atravesarlas sin bajar la frente y sin dejarse derrotar
es un ejercicio durísimo que no todos pueden culminar con éxito. Las mujeres
que dan nombre a estos relatos son sometidas a experiencias traumáticas, a
momentos terribles de prueba o de abatimiento. Unas sobrevivieron, otras no.
Anna R. Ximenos, que posee una mirada inteligente y una escritura muy eficaz,
convierte todas esas peripecias en prodigiosos relatos. Sin duda, uno de mis
descubrimientos del año 2013.
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