miércoles, 5 de junio de 2013

Nenúfar



En literatura, como en casi todas las actividades culturales (pintura, música, danza), a veces hay que tener un punto de insolencia, un plus de adrenalina que te haga lanzarte al vacío si estás convencido de que tienes algo que decir y que merece la pena intentarlo. Es lo que ocurre con Pascual Alacid Peñaranda, un joven por cuyas venas corren la electricidad, la música y las letras y que en las últimas semanas de 2012 dio el paso de publicar su novela Nenúfar, dinámica e interesante, que constituye su primer proyecto en el complicado mundo de la edición.
Estamos en el año 2061. Mario y Estrella son novios y viven en Madrid. Él trabaja en una compañía de seguros y ella en una de danza. Por la televisión dan el anuncio de que un meteorito pasará pronto cerca del sistema solar. Tras algunas informaciones contradictorias se produce, por fin, el temido impacto con la Tierra. La situación en España se vuelve de pronto insostenible: más de la mitad del territorio ha sido devorado por las aguas y se estima que varios millones de personas han perdido la vida durante la catástrofe. Ahora, se inicia el tiempo de la supervivencia: hay que salir a buscar provisiones. Por lo pronto, los protagonistas de la obra escuchan por televisión que se están habilitando antiguas plataformas petrolíferas como nuevos habitáculos humanos, con capacidad para 30.000 personas. Se les llamará nenúfares y son la esperanza para la recuperación de la humanidad. No obstante, la situación en el país es cada vez más complicada: de hecho, se produce un inesperado golpe de estado que consigue “asesinar a la reina Letizia” (p.47) y que instaura un feroz proceso de control por parte de los militares.
No les voy (discúlpenme) a contar más. Pero sí les adelanto que cuando se sumerjan en la lectura asistirán a persecuciones febriles, disparos, suicidios (se les formará un nudo en la garganta en la página 131), sorpresas, momentos claustrofóbicos, inquietantes revelaciones científicas y hasta secuencias donde el horror y la antropofagia les pondrán los pelos de punta. Y todo ello servido con una prosa rápida, directa, que evita perderse en florituras.

Pascual Alacid Peñaranda sabe lo que se está haciendo. Tiene 27 años y ya ha dado su primer fruto en forma de novela. No era fácil. No era nada fácil. Y ha superado la prueba.

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