jueves, 14 de febrero de 2013

Pájaros de fuego




Acostumbrado desde mi juventud a formarme una opinión personal y directa sobre todo tipo de escritores, decido sumergirme en un libro de la singular y controvertida Anaïs Nin. Tengo en mi biblioteca dos volúmenes de cuentos y media docena de tomos de sus Diarios, pero nunca había tenido la idea de sentarme, seriamente, a recorrer ninguno de ellos de principio a fin. No por ninguna razón especial, sino porque otros volúmenes se habían interpuesto siempre entre nosotros y había ido postergando su abordaje. Hoy me he puesto con Pájaros de fuego y puedo concluir que la experiencia no ha estado nada mal. No es un prodigio narrativo (no nos engañemos), pero hay historias que tienen su magnetismo y que están contadas con gancho y eficacia.
El primero de los relatos es “Pájaros”, protagonizado por un pintor bastante exhibicionista y escrito con poca gracia. “La mujer de las dunas” es mucho más sugerente, sobre todo en ese instante en que ella recuerda cómo en su juventud fue testigo de una ejecución y, mientras contemplaba al reo con el corazón desbocado, un hombre se apoyó en ella, la tocó e incluso la penetró. La mezcla de miedo, ansiedad y excitación funciona maravillosamente en ese final del relato. “Lina” es la historia de una lesbiana reprimida, donde Anaïs Nin logra introducir alguna secuencia de alto voltaje erótico. “La maja” nos lleva hasta la fascinante relación entre un pintor y una mujer puritana (española), a la que el artista desea pintar desnuda. Para lograrlo tiene que esperar hasta que ella duerme... El final, cuyos matices no revelaré, es tan turbador como delicioso. En “Una modelo” bastan los dedos de Reynolds para provocar en la joven unos orgasmos estremecedores. Los siguientes relatos del tomo (“La reina”, “Hilda y Rango” y “El chanchiquito”) son auténticas castañas, que producen rubor de malos que son. “Azafrán” nos lleva hasta un mundo en el que la sensualidad de una mujer puede venir determinada por el olor que exhala su piel. Y “Mandra” es, a mi juicio, la narración más excitante, completa, sugerente y poderosa del libro: los escarceos lesbianos de una mujer que consigue arrancar placer a dos mujeres, en ocasiones diferentes. Un texto tan breve como explosivo.
En suma, que no descarto la idea de volver a Anaïs Nin en otra ocasión. No sé si con otro volumen de cuentos o, directamente, con el primer tomo de su célebre y controvertido diario. Ya se verá.

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