viernes, 9 de mayo de 2025

Animales de compañía

 


En estas páginas misceláneas de Juan Manuel de Prada (que vieron la luz al final del siglo XX en Sial) descubrimos cómo el escritor vizcaíno vuelve a cautivarnos con su mirada lenta y profunda, que penetra en las cosas y los seres y los radiografía con la exquisitez proteica de su vocabulario, con ese humor sutil que a veces destila la inteligencia. Así, señala las servidumbres traumáticas del actual culto al cuerpo (“Mujeres maltratadas”, “La barriga”); reivindica a ciertos personajes que chapotean en los arrabales del arte (“Ed Wood”, “Bela Lugosi”); dispara humoradas hiperbólicas contra la publicidad abusiva (“Correo comercial”); desgrana los pormenores de una persecución erótica desquiciada de la que fue víctima (“Escalofrío”); apuesta por la nitidez y la libertad lingüísticas, aunque estas vulneren las mentecatas dictaduras de la corrección política (“Lápiz rojo”); incurre con aplicado fervor en el sarcasmo (“Libros con prospecto”); visita los barrios de la ternura (“Berenjeno”); y nos enumera el catálogo variopinto de sus filias y fobias (“Tuteo”, “La matanza”, “Gimnasios”). Pero tampoco desdeña la inserción de evocaciones autobiográficas, quizá las más elocuentes, emotivas y reveladoras del volumen (“El seiscientos”, “Alopecia”, “S.L.” o “Timidez”).

Todo Prada (o al menos una buena parte de él) está aquí. Estas son las botellas que el joven náufrago, recién llegado a la inhóspita isla de Madrid, fue regalando al mar con la esperanza de comunicarse con sus semejantes. Luego, conforme los meses van desgranando la letanía impiadosa de su goteo, él afirma que su público está formado por “tres o cuatro lectoras que todavía me soportan” (afirmación que tiene más de coquetería que de análisis riguroso).

Otra muestra más del primer Juan Manuel de Prada, brillante y ambicioso en el mundo de las letras.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Al ver la portada del libro pensé que la vena erótico-festiva desplegada por el autor en "Senos" estaría también presente en este volumen. leídos los asuntos de los distintos relatos deduzco que no va por la senda rijosa, aunque sí por la festiva. y es que Juan Manuel de Prada tiene un buen y grande sentido del humor.
Estoy esperando a que en las bibliotecas aparezca la segunda entrega de "Mil ojos esconde la noche" para sacarlo y leerlo. La primera me agradó. He leído que esta segunda es peor que la anterior, pero bueno ya se verá.
Un abrazo, Rubén