viernes, 4 de octubre de 2024

Leyenda de san Ginés de la Jara



Siempre he defendido que bajo las líneas en prosa de Santiago Delgado (que son muchísimas y muy variadas) late un poeta, una mirada delicada y sensible que es capaz de detenerse en la crónica de una montaña, de una isla, de una flor, de una duna, de un lienzo, de un naranjo, descubriendo en cada uno de esos elementos un destello especial, una luz única, un rasgo que él advierte y dibuja con palabras exactas y hermosas. Quienes hemos tenido la oportunidad de leer sus libros (yo he disfrutado más de treinta) lo hemos sentido al avanzar por sus páginas. Y esa sensación, que es tan fuerte y tan reveladora, vuelve a manifestarse en los textos de Leyenda de San Ginés de la Jara, que la editorial MurciaLibro acaba de poner en su mesa de novedades.

Quien se adentre en este festival de colores, historias y paisajes se encontrará con una sugerente hipótesis sobre el origen galo de San Ginés; con la asombrosa vida de Armand de Beaufort, fiel servidor de Carlomagno; con un guerrero franco del siglo VIII que terminó muriendo en territorio de La Jara y fue inhumado en una bóveda subterránea; con un unicornio que habitaba por la zona del Pinatar; con la asombrosa dama (cuya identidad me van a permitir que no les revele) que toma baños de barro en la costa murciana desde hace siglos; con una singular apuesta cetrera que entabla el famoso Todmir (al que Santiago dedicó un libro admirable:  https://rubencastillo.blogspot.com/2019/07/cronica-de-todmir.html); con el esclavo africano Nyombé, preso en las minas de Mastia; con el herrero Hans, que se obstinó en construir una especie de traje de buzo en la época del rey Felipe IV; con el guerrero ricotí Ibn Hud y sus brillantes ideas; con el pasadizo secreto (no se sabe si concluso o simplemente planeado) que ordenó construir Ibn Mardenix; y con docenas de historias más, que prefiero dejar para que ustedes mismos las descubran en las páginas de este delicado libro.

No dejen pasar la oportunidad de asomarse a este balcón narrativo de Santiago Delgado, porque seguro que, apoyándose en su barandilla, disfrutarán de todos los colores, las formas, las leyendas y hasta los aromas del Mar Menor.

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