Tiene
magia. Es así de simple y así de hermosamente indefinible. Noelia Lorenzo Pino
(Irún, 1978) tiene magia para construir historias, para esculpir personajes,
para narrar. Ese tipo de don es tan
impactante como arbitrario. O se tiene o no se tiene. Y la irundarra lo tiene,
ya lo creo que sí. Lo que parecía bastante evidente en sus primeras novelas se
ha convertido en certeza absoluta en Corazones
negros, editada por el sello Erein.
Primero, porque ha sido capaz de concebir
durante años unos personajes sólidos, creíbles, densos, memorables: Juncal
Baraibar, Eider Chassereau, John Ander Macua, Koldo Mayo, Peio, Eneko, el
subcomisario Padura... Segundo, porque ha sabido construir con ellos unas
historias tan magnéticas como convincentes, donde realidad y fantasía se
entrecruzan de un modo eficaz para mantener hechizados a quienes se sumergen en
ellas. Y tercero, porque ha logrado la proeza más difícil: que de cada novela a
la siguiente los lectores no pierdan el contacto con sus personajes, no se
aparten mentalmente de ellos, no los abalancen al olvido.
En La sirena roja nos acercaba hasta la
comisaría de la Ertzaintza en Oiartzun con un caso sorprendente:
un misterioso asesino que estaba acabando con la vida de personas tatuadas,
para después cortarles la zona de piel donde tenían grabado el dibujo. Y
en La chica olvidada nos situaba ante un teórico asesino
múltiple, que había actuado de forma brutal en 1999 y que volvía a hacerlo en
2013. En ambos volúmenes nos sedujo con los protagonistas que arriba quedan
apuntados y los fue perfilando como criaturas novelescas de primera magnitud.
Pero ahora, en las páginas de Corazones
negros, Noelia Lorenzo Pino se atreve a ir más allá y nos instala en mundos
cenagosos, perturbadores, inquietantes hasta la náusea: la trata de blancas, la
esclavitud sexual, el tráfico de drogas, las traiciones entre compañeros.
Bastará añadir que uno de los protagonistas claves de este ciclo de novelas
encuentra la muerte y que otro de ellos es el culpable directo de la misma. ¿Se
le puede añadir más tensión y más morbo a un resumen?
Si Friedrich Dürrenmatt
escribió sobre el retorno de una vieja dama, nosotros celebramos hoy la alegría
de que la joven dama de la novela negra más reciente vuelva a nuestro lado. Y
más aún cuando cierto asunto relacionado con unos huesos nos permite sospechar
que la siguiente entrega ya bulle en la mente de la autora. Noelia Lorenzo Pino
ha venido al género negro para quedarse. Y qué alegría que así sea.
1 comentario:
La estoy leyendo 🤗
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