La búsqueda de un objeto especial, mágico o
simbólico, ha nutrido la historia de nuestra cultura reciente, desde El disco (Jorge Luis Borges) hasta las
películas de Indiana Jones, pasando por El
ocho (Katherine Neville) y muchas otras novelas, cuentos, películas,
documentales y hasta dibujos animados. Es evidente que este tipo de narraciones
pulsan algún secreto resorte de nuestro interior, que siempre está ávido de
aventuras, misterios y sorpresas. Quizá por ello nos guste tanto visitarlas de
vez en cuando, para revivir una especie de adolescencia intelectual tan sana
como legítima. Ahora tenemos en España la nueva entrega novelística de Robert
Masello (Evanston, Illinois), que el sello Algaida pone en nuestras manos
gracias a la traducción de Ester Molina Sánchez y que lleva por título El amuleto de Medusa. La obra original (The Medusa Amulet) salió en 2011 en el
mercado norteamericano con gran éxito.
Lo que nos cuenta en las casi seiscientas páginas
del volumen es tan seductor como magnético: en pleno siglo XVI, en la Italia
renacentista que ha visto florecer a Leonardo da Vinci, Giorgione, Tiziano,
Sandro Botticelli o el inigualable Miguel Ángel Buonarroti, y donde el poder
político y cultural de los Médici se extiende por todas las esferas de la
península, brilla con singular luz la figura del escultor Benvenuto Cellini, un
hombre complicado, inestable y genial que no se deja maniatar por las
convenciones y que vive en completa libertad su tensión creativa. Su vida
profesional le depara felicidades como la imagen de Perseo con la cabeza de
Medusa que ha logrado esculpir; y su vida personal también le otorga
plenitudes: comparte su vida con una mujer hermosísima, a la que más de una vez
ha tomado como modelo femenino para sus creaciones. Todo parece sonreírle, pero
hay un elemento inquietante que se cierne sobre él: existe la sospecha de que
sus investigaciones por el orbe del ocultismo han dado su fruto y está en
posesión de un instrumento de incalculable valor, que muchos le querrán arrebatar
a cualquier precio... Demos ahora un salto y situémonos en la actualidad,
cuando un joven especialista en la obra de Dante, David Franco, recibe el
singular encargo de buscar ese objeto perdido. ¿La recompensa? Un abultadísimo
cheque con el que podrá hacer frente a los costosos tratamientos contra el
cáncer que su hermana recibe.
Desde el punto de vista literario (el que nos
interesa aquí), esta novela brilla en dos planos fundamentales: en los
capítulos dedicados al siglo XVI y a Benvenuto Cellini incorpora con elegancia
la documentación histórica, que se convierte en materia narrativa con una
elogiable fluidez; y en los capítulos que transcurren en la actualidad consigue
una elevada dosis de adrenalina, sin exagerar los manejos habituales de este tipo
de novelas. Resultaría absurdo afirmar que El
amuleto de Medusa es una obra llamada a perdurar en la historia de la
literatura o incluso en la memoria de los lectores, pero sin duda cumple con
creces la función de entretener sin estridencias, lo cual no es poco habida
cuenta del enorme caudal de mamarrachadas que padecemos en las librerías en los
últimos años. Léansela sin prejuicios, porque les garantizo que tienen
aseguradas varias tardes y noches de diversión, mientras aprenden cosas sobre
la vida de uno de los escultores más singulares de todos los tiempos.
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