sábado, 13 de mayo de 2017

Diario póstumo



Releo el Diario póstumo, de Ramón Gómez de la Serna, expurgado por su mujer Luisa Sofovich de los aspectos más íntimos (Plaza & Janés, Barcelona, 1972). Y constato una vez más que todas las marcas del genio —Ramón lo fue, según dicen— brotan aquí: la chispa, el alto logro lírico, la abisal hondura de sus meditaciones, la sinceridad, la transmutación alquímica de todo en literatura. Se trata de un libro para leer, releer, solazarse e instruirse en la esencia de un escritor auténtico, así que le cedo la palabra para que sea él mismo quien nos deje sus reflexiones, cajón extravagante y amplio donde cabe casi todo: la arbitrariedad, la filosofía, el humor, el exabrupto... Ramón podía ser irritante en ocasiones, pero nos dejó una obra literaria que conviene releer de vez en cuando. “Todo el que no está muriéndose no alcanza la explicación del mundo”. “Volvimos a ver si estaban en el banco del jardín público las horas que perdimos allí el otro verano, y allí estaban”. “Quiero que queden fijas las ideas, y las ideas no pueden ser fijadas porque las plumas se niegan a ello. Las plumas son unas hijas de puta”. “No hablemos de café: o se tiene la superstición del café o no se tiene”. “El que cree que todo lo va a encontrar en el diccionario, está erudíticamente perdido”. “La vida es así: “¿Se ha acomodado bien? Pues entonces, ¡fuera!”...”. “La multitud no tiene importancia más que cuando se revoluciona y quiere matar al que está tan tranquilo y no se mete en nada”. “No dais importancia a los pasos de los seres y tienen la importancia de lo que desaparecerá, de lo que, habiendo sido tan evidente, un día no tendrá ninguna evidencia... Oíd con atención y respeto los pasos”. “Cada vela tiene su manera de llorar su cera”. “Ya vas a ser calumniado por todos. Ya vas a morir. Resígnate”. “Su defecto es que a todo lo que hablaba le ponía forro de palabras”. “El beso, ¿es un préstamo o un regalo?”. “Los libros de las rancias bibliotecas se traspasan sabiduría o curiosidad en un intercambio secreto”. “El mayor logro de la vida es que no le nombren a uno muerto honorario”. “Trajes: forros de la nada”. “Los repetidos sellos de “archívese” que nos quieren o nos van poniendo a la espalda no deben resistirse; hay que escapar apenas se les sienta”. “Si no te encuentro, ¿para qué quiero la ciudad?”. “En el fondo del mar hay un álbum en que están las fotografías de todos los náufragos”. “El arte no se debe abandonar. Hay que estar buscándole las vueltas, hay que estar esperando que quiera hablar con uno”. “Siempre la fotografía dice la verdad”.

No hay comentarios: