En el mundo de la
novela negra hay tal cantidad de tendencias, líneas de actuación, posibilidades
narrativas y mezcla de ingredientes que parece difícil que alguien pueda
encontrar un camino personal, distinto, reconocible. Se ha mezclado al
asesinato la gastronomía, el esoterismo, la política, la psicología y la
psiquiatría, por citar algunos territorios paradigmáticos. Seguro que los
ejemplos están en la mente de muchos lectores y que no será preciso insistir
demasiado (las exquisiteces culinarias de Manuel Vázquez Montalbán y de su
imborrable Pepe Carvalho; las aventuras internacionalmente conocidas de
Wallander, orquestadas por el siempre eficaz Henning Mankell; las sugerentes
propuestas de la norteamericana Donna Leon; las brillantísimas aproximaciones
al género que ha protagonizado Lorenzo Silva; etc).
Joaquín Lloréns (escritor
nacido en Bilbao en 1962) ha encontrado un sendero muy personal, que ha vertebrado
alrededor de Beatriz, una “investigadora licenciosa” que llena de erotismo sus
páginas. Un erotismo denso, plástico, colorista y descarnado, capaz de
trastornar a cualquiera que tome el libro entre sus manos. Así, los lectores
irán comprobando cómo su sensual protagonista besa con lengua a la prostituta
Mireia (p.22), hace el amor con su padre adoptivo (p.59), se acuesta con el
hijo del mayordomo (p.93), le hace una felación a Julio (p.232) o actúa de
bisagra en un trío explosivo con un camarero y un policía (p.235). Pero que
nadie se llame a engaño imaginándose que los atractivos de esta larga novela se
circunscriben a esas pinceladas de sexo explícito. Ni mucho menos. Joaquín
Lloréns, con habilidad de buen narrador, nos presenta desde el principio de la
trama un enigma magnético y desconcertante: una misteriosa organización que se
hace llamar a sí misma “Hermandad para la regeneración democrática” envía una
serie de cartas donde lo que brilla no es tanto el idealismo como el chantaje:
indica con claridad a los receptores (uno de ellos, el padre adoptivo de
Beatriz) que deben sumarse a su campaña de purificación... matando a una
persona corrupta del mundo político. Si no lo hacen así serán considerados
desafectos a la causa, y ellos o alguna persona de su entorno sufrirán el
castigo correspondiente. La pregunta que nos queda entonces a los lectores de
la obra es clarísima: ¿cómo actuaríamos nosotros ante una tesitura de tal
envergadura? En resumen, ¿qué hacer ante una amenaza de ese orden? ¿Obedecer,
denunciar, rebelarse? Usando todas las armas a su alcance (su cuerpo, pero
también su habilidad, su intrepidez y su inteligencia), Beatriz viajará por
varias ciudades para conocer a los principales sospechosos, que se conectan
entre sí por dos vinculaciones chocantes: pertenecen al mundo de las
inmobiliarias y han mostrado en algún momento simpatía por el partido UPyD,
fundado en el año 2007. ¿Es posible que esa organización política se encuentre
detrás de la oscura y amenazante hermandad? Todos hemos sospechado alguna vez
que bajo el paraguas idealizado de los partidos políticos se camuflaban altas
dosis de hipocresía, fraude, venalidad, amiguismo, amortización de favores,
corruptelas, abusos de poder, jactancias, humillaciones, puñaladas por la
espalda, zancadillas sonrientes y hasta degüellos simbólicos. Pero lo que se
llega a barajar en algunas páginas de esta novela es que uno de esos partidos
(el fundado por la disidente socialista Rosa Díez) se ha podido ver envuelto en
sucesos mucho más claramente tipificados en el código penal.
Cuando empiezan a aparecer las primeras víctimas (un antiguo concejal
del PSOE, la esposa de uno de los amenazados, un exministro), los políticos, la
prensa, la policía y la opinión pública se alertan escandalosamente: hay que
poner coto a esta locura y descubrir a los culpables. Se inician de ese modo
unas torpes investigaciones que, en realidad, no llegan a ningún sitio... La
habilidosa Beatriz, moviéndose al margen de esa investigación oficial, consigue
una pista fiable, de cuyos hilos tira, a pesar del peligro en el que llega a
verse inmersa. Lo que descubre es tan sorprendente que ningún lector se sentirá
defraudado por haber invertido su tiempo en las casi cuatrocientas páginas de
esta fabulación. No hay duda de que Joaquín Lloréns ha elaborado una obra
primorosa, que nos hace esperar ansiosos su siguiente entrega, titulada Venganza criminal y que aún no ha visto
la luz. Ojalá no se demore demasiado su bautizo.
1 comentario:
Vaya historia y vaya detalles...
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