lunes, 19 de junio de 2017

Eumeswil



He aquí un libro complejo, lleno de simbolismos y de juegos conceptuales y filosóficos: Eumeswil, de Ernst Jünger, que traduce al castellano Marciano Villanueva (Seix Barral, Barcelona, 1993). Entiendo que la obra es magna, y como tal la aprecio, imposible decir otra cosa sin pecar de injusticia. Pero hay en ella (ante mis ojos) una cierta resistencia a dejarse penetrar. Es como cuando contemplas un diamante: sabes que es hermoso, sí, pero te da siempre la sensación de ser irreal, de estar más allá de los sentidos físicos normales. No se deja ver, no se deja capturar, no tiene calor. Todo en sus páginas es formalmente perfecto, pero quizá ahí esté el problema: en la pura palabra “perfecto”, tan paralizadora. Me hubiera gustado que me emocionara más, pero no ha sido así.
Virando a otro terreno, no hay más remedio que criticar al traductor que haya caído en galicismos flagrantes (“a tener en cuenta”, en la pág. 169; “normas a seguir”, en la pág. 190; etc). Espero que si la editorial ha reeditado la obra haya tenido el buen gusto de limar esas escorias gramaticales.

“No le falta conciencia de su propio valer, pero no sabe cambiarlo en monedas pequeñas”. “El amor es anárquico, el matrimonio no. El guerrero es anárquico, el soldado no. El homicida es anárquico, el asesino no. Cristo es anárquico, Pablo no”. “Quien nos enseña a pensar, nos hace dueños de los hombres y de los acontecimientos”. “Cuando prestamos vida al pasado, logramos realizar un acto que vence al tiempo y triunfa sobre la muerte. Si esto es posible, también cabe imaginar que un dios nos devolverá el aliento”. “El hombre es un ser razonable que sólo a regañadientes sacrifica su seguridad a las teorías”. “Apenas uno ha destacado en algo, se le pone en una lista”. “Cuando se trata de convertir en realidad un sueño, ninguna fatiga nos detiene”. “Hay motivos para sospechar que nuestra inteligencia no es sino un instinto atrofiado, una ramificación lateral del árbol de la vida, a través de una selección acentuada durante milenios”. “La escolaridad obligatoria es, en esencia, un medio de castración de la fuerza natural”. “Da que pensar el inmenso despilfarro que se registra en el universo”. “El pueblo se compone de individuos concretos y libres, mientras que el Estado los reduce a números”. “Si uno está dispuesto a poner en juego su cabeza, no hay que estropearle el juego, hay que tomarlo en serio”. “La fotografía falsea el problema, porque lo reduce a un instante efímero”. “Las palabras reforzadas con el sufijo ismo (...) son palabras con destino a sectarios”. “Los chiflados son indispensables”. “Distinguir lo esencial de lo que se le parece y hasta se presenta como idéntico es una tarea particularmente ardua”. “Cuando el Estado toma a su cargo a los artistas, triunfa por doquier el mal gusto”.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Lo siento, pero con solo leer el título he empezado a tener migraña...este libro me supera.

Besitos 💋