martes, 3 de junio de 2025

Cuando era feliz e indocumentado

 


Gabriel García Márquez nos resume, con gracejo y amenidad (la mezcla de sucesos memorables y bagatelas irónicas es altamente divertida), el año 1957:  nos ofrece una crónica sobre la fuga carcelaria de Patricio Kelly, líder de la Alianza Revolucionaria Argentina; nos realiza un resumen de las intervenciones que los religiosos llevaron a cabo para contribuir al derrocamiento del dictador Pérez Jiménez; nos suministra un buen número de datos sociológicos, económicos, migratorios y políticos sobre la Venezuela de finales de los años 50; nos relata la angustiosa situación que tuvo que vivir Carmelo Martín Reverón cuando su hijo de 18 meses fue mordido por un perro rabioso y debió emprender una carrera contrarreloj en busca de un medicamento que lo librase de la muerte; nos reseca el gaznate cuando nos recuerda la feroz sequía que asoló Caracas y que puso a su población al borde de la muerte por deshidratación; nos ofrece un retrato del juvenil e impetuoso revolucionario Fidel Castro, justo en los días en que comenzó su lucha en la Sierra Maestra; nos habla del célebre caballo de carreras Senegal; y, en fin, dice en voz alta que sus ojos horrorizados vieron en cierta ocasión siete sicilianos muertos.

Son historias periodísticas que nos informan de sucesos y personajes a los que el tiempo, en su mayor parte, se ha tragado y oscurecido, pero que se mantienen en pie gracias a la escritura habilidosa y convincente del narrador colombiano, que las exonera de su caducidad inevitable.

Un libro menor, pero de lectura amena.

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