Cuando
un autor publica un libro diferente a los que anteriormente ha editado y la
calidad sigue siendo extraordinaria, no caben dudas: es un creador de raza. Lo
normal es lo contrario: seguir la línea, repetirse, apurar todo lo posible el
modelo que te ha hecho triunfar. Pero Antonio J. Ruiz Munuera ha preferido
jugársela. Lo avalan éxitos fulgurantes en el ámbito de la novela (premio José
María de Pereda, premio Nostromo) y de la narrativa juvenil (premio Alandar,
premio Avelino Hernández), pero ha preferido realizar una pirueta distinta, un
triple mortal sin red, y se ha embarcado en Coordenadas, un tomo donde
sus palabras se acercan al ritmo y al espíritu de la poesía y donde las
imágenes que las acompañan son de una belleza abrumadora. El resultado, ya se
lo puedo adelantar, es admirable.
Afilando
su mirada y dejando que se pose sobre las cosas (“Las cosas, aun siendo
inanimadas, tienen su corazón”, nos revela en la página 63), el escritor
lorquino ha esmaltado un volumen espléndido, que se lee en una atmósfera de
colores, de sonidos, de fragancias y de silencios, francamente egregia. Así,
nos hablará de un mar prodigiosamente iluminado por la noche (“Noctilucas”); de
una interesante teoría que relaciona las edades humanas con la condición
líquida (niñez), la sólida (madurez) y la gaseosa (senectud); de los desechos
humanos, que a veces revelan muchísimo sobre nuestra civilización y sobre sus
desviaciones y torpezas; del escaso respeto que se tiene por algo tan hermoso y
duradero como las flores de plástico; de nuestra condición moderna de seres
convertidos en “cosas” gracias a los algoritmos informáticos; de pequeñas
historias que apenas esconden novelas larvadas (no se pierdan, por ejemplo, el
texto 91)…
Y,
aquí y allá, emotivos guiños culturales (p.71), sonrientes líneas de humor
(p.85) e incluso greguerías que hubiera firmado con felicidad Ramón Gómez de la
Serna (“Los goznes son las cuerdas vocales de los fantasmas”, texto 41).
Insisto: un experimento literario que se eleva hasta alturas líricas y visuales de primer orden y que les recomiendo encarecidamente.