sábado, 5 de noviembre de 2022

Salzillo, la procesión y los escritores

 


Tres con los caudales que, ya desde el título de la obra, nos indican qué podemos encontrar en el último trabajo del profesor Francisco Javier Díez de Revenga: el mundo del arte (en concreto, la escultura), el ancho espacio de la devoción religiosa y el universo de la literatura. Esos tres latidos se unen para nutrir las páginas de Salzillo, la procesión y los escritores (Real Academia Alfonso X el Sabio, 2022), donde se recopilan los artículos que el autor ha ido publicando durante el último cuarto de siglo en la revista Nazarenos de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia. En ellos, se acerca con gran detalle a los escritores que se sintieron curiosidad y admiración por las figuras inmortales del imaginero. Por ejemplo, la gallega Emilia Pardo Bazán, que visitó Murcia en el otoño de 1899, tras la sugerencia que le formuló la marquesa de Salinas para que conociese personalmente las figuras de Salzillo. Por ejemplo, la cartagenera Carmen Conde, quien dedicó varios artículos de prensa (y una hermosa página de su libro Por el camino, viendo sus orillas) a las tallas barrocas de don Francisco, y de la cual nos ofrece Díez de Revenga una visión cercanísima (“Conocí personalmente a Carmen Conde […] en la puerta de la iglesia de Jesús la tarde del Jueves Santo, 15 de abril de 1976”, p.69). Por ejemplo, la detallada aproximación al libro que Antonio Oliver Belmás publicó en 1944 sobre la figura de Salzillo (con el seudónimo de Andrés Caballero) y que ilustró Luis Garay. Por ejemplo, la resonancia internacional que adquirió la figura del imaginero cuando en el año 1966 una editorial milanesa publicó un estudio de Giovanna Grandi, con asombrosas fotografías de gran creatividad y belleza (fotografías que, según nos cuenta Francisco Javier Díez de Revenga, se tomaron en su presencia, porque en aquel tiempo trabajaba como meritorio en el museo). Por ejemplo, la única visita registrada del gran filólogo Marcelino Menéndez Pelayo a Murcia (abril de 1898), en la que pudo presenciar la procesión del Viernes Santo, aunque por desgracia no acabase escribiendo sus impresiones sobre la misma. Por ejemplo, la celebrada llegada a Murcia en marzo de 1902 del poeta malagueño Salvador Rueda, quien terminaría componiendo dos sonetos dedicados al Ángel y a la Dolorosa de Salzillo. Por ejemplo…

El profesor Francisco Javier Díez de Revenga sabe; y, además, sabe contar. De ahí que sus libros no defrauden nunca, porque con ellos se aprende y se disfruta. Un lujo para los lectores.

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