Leo
con profundo interés la pieza teatral Variaciones sobre metamorfosis, del colombiano
Carlos José Reyes, que se plantea una revisión escénica de la famosa novela
homónima de Franz Kafka. De inicio, apenas nos es dado advertir ninguna
desviación del argumento que el checo creó en sus páginas: Gregorio Samsa es un
viajante de comercio que, con mucho esfuerzo, está logrando que las deudas de
su familia se reduzcan rápidamente y que, además, siente tal adoración por su
hermana Greta que se ha propuesto pagarle los estudios en el Conservatorio. El
ambiente familiar (aquí comenzamos a notar las primeras divergencias) es feliz
y luminoso: todos sonríen, todos se hablan con cariño, se regalan cosas, se
dirigen los unos a los otros con extremada amabilidad… A la mañana siguiente,
Gregorio no es capaz de subirse al tren de las ocho para dirigirse al trabajo,
porque no se encuentra bien; y un representante de la empresa acude raudo para
descubrir la causa de su absentismo laboral. Es entonces cuando todos descubren
que el buen muchacho se ha convertido en… algo.
Cualquier
persona que haya leído la novela de Kafka se estará preguntando dónde residen
entonces las novedades o las aportaciones que imprime el dramaturgo bogotano a
la vieja historia del checo. Y la respuesta puede centrarse, en mi opinión, en
dos factores: el primero, el giro “economicista” que puede observarse en el
personaje del Principal, que viene como representante de su empresa y que no
muestra interés ninguno por el estado de salud de Gregorio, concentrándose de
modo obsesivo en la necesidad de que todos los empleados trabajen y trabajen,
produzcan y produzcan, imperturbables ante cualquier otra consideración no
dineraria; el segundo, el ingrediente sexual que muestran los inquilinos en la
segunda parte, cercando a Greta, rozándose con ella en el pasillo y dejando
caer en sus oídos insinuaciones tan inapropiadas como turbias, hasta lograr
incluso la incomodidad de la persona que está leyendo.
Pero,
ante todo, les pediría que fijaran su atención en la degradación del padre, la
madre e incluso la hermana del protagonista cuando, en la secuencia final, se
disponen a comer. Verán cómo se sorprenden… y extraen conclusiones.
Creo que será interesante buscar otras piezas de este autor, fallecido hace ahora un año.
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