Acudamos
a la contraportada de este volumen y descubramos cómo lo define el propio
autor: “Un texto en forma y género de novela”. Sutil, como siempre, Santiago
Delgado. No nos dice abiertamente que se trate de una novela, porque como buen
conocedor de la literatura sabe que el espíritu de estas páginas incorpora
tanto de historia como de literatura, tanto de novela como de retrato, tanto de
poesía como de crónica. Forma y género es la inteligente fórmula que
utiliza para invocar el espíritu abarcador y dúctil del género novelesco.
Adentrémonos
en el tomo y veamos qué descubrimos.
Quien
nos habla en primera persona es Al-Watiz bi-Alláh al-Muctasín Bihi, último rey
de Murcia (o, dicho con las palabras de su cultura: Emir-al-Muslimín de
Múrsiya), hijo del venerable Al-Motawaquil Alalá Ibn-Hud, quien entretiene la
fatiga de su viaje nocturno hasta Fortuna rememorando episodios, personas y
anécdotas de su vida. Esas evocaciones, profusamente documentadas por el autor,
nos permiten conocer de primera mano (de primera voz, diríamos) muchos de los
momentos claves del siglo XIII murciano, época de enfrentamientos religiosos y
también de pactos, de fricciones y también de diálogos, de fronteras y de
confluencias. Con elegante mezcla de registros, Santiago Delgado nos va dejando
noticia de los almohades; del sabio Ricotí; del rey cristiano Alfonso; del
sensual baño de Halima entre pétalos de rosas; de la prostituta gallega Juana;
de la invención árabe del azúcar, innovación gastronómica que tuvo lugar en
tiempos de Todmir, al que Santiago le dedicó un excelente libro (https://rubencastillo.blogspot.com/2019/07/cronica-de-todmir.html); del
nombre de la ciudad de Murcia (que ahora parece ser que está celebrando sus
1200 años de existencia); del celebérrimo Rey Lobo; del no menos famoso León de
Cartagena, a quien el autor dedicó también una gran novela (https://rubencastillo.blogspot.com/2019/06/cronica-de-leon-de-cartagena-1.html); o de
cierta dolorosa mutilación, cuyos pormenores no detallaré para no alterar los
estómagos de los lectores, pero que puede consultarse en la página 123. Y, por
supuesto, los poemas que se intercalan en el texto y que lo dotan de una música
muy especial, que se agradece y se aplaude.
Profundamente documentada (Santiago Delgado atesora alma de historiador y amplios conocimientos de erudito), pero también airoso en su desarrollo novelesco, este volumen publicado por la Real Academia Alfonso X el Sabio enriquece la impresionante trayectoria del autor murciano con otra joya narrativa.
Pues es atractivo todo lo que cuentas de esta novela de Santiago Delgado. Veo que es ya el tercer libro suyo que reseñas y también observo que su lectura te resulta gratificante. A mí la mezcla de géneros en literatura nunca me desagrada; que la historia y la novela cabalguen juntas no me sorprende, pues muchas veces es así en multitud de ellas, más me preocupa ese "salir airoso" de la empresa narrativa que dices logra hacer el autor. Infiero de tus palabras que salva la papeleta y poco más. No sé, no sé. Pese a todo tomo nota.
ResponderEliminarDeseo que pases un buen verano y escapes del calor en lo posible. Un fuerte abrazo