Recordemos,
si hemos leído La Odisea, la figura de Penélope, la dulce compañera de
Ulises, que queda en Ítaca durante veinte años mientras su esposo guerrea en
Troya (al principio) y vuelve de forma accidentada a casa (después). Sabemos
que el héroe griego no tuvo el menor problema en quebrantar durante su ausencia
la fidelidad matrimonial, yaciendo con (y embarazando a) varias bellas féminas,
tanto humanas como divinas; sabemos también que Penélope sí que resguardó su
castidad de forma escrupulosa, acorazándose frente al asedio rijoso de los
pretendientes que invadieron su casa; y sabemos que Telémaco, el joven
príncipe, trató con altanería viril a su propia madre, exigiéndole que respetara
su condición de macho dominante, en ausencia de Odiseo. Seguro que recuerdan
bien esos ingredientes de la historia. Ahora realicen el esfuerzo de pensar el
poema desde el lado de Penélope. ¿Cómo se sintió, mientras los años pasaban y
su marido se diluía poco a poco en la memoria? ¿Es razonable pensar que no
padeció momentos de duda, que no desfalleció, que no sintió deseos sexuales?
¿Es lógico pensarla como una especie de sacerdotisa de mármol, ajena a las
erosiones de la flaqueza?
En
este hermosísimo libro de poesía, la madrileña Ana María Romero Yebra nos
propone repensar la historia desde ese particular, interesante y legítimo punto
de vista: el de Penélope. Y lo hace en dieciséis capítulos que son dieciséis
lágrimas, en los cuales nos desgrana (con magistrales endecasílabos) su
desamparo, su espera ilusionada o cenicienta, lo que opina sobre el padre de
Ulises, la extraña forma en que mira un día a su hijo Telémaco, su visión del
mar como enemigo, su odio por la guerra (estupidez masculina, que la ha dejado
durante años y años sin las caricias del hombre al que quiere) y, sobre todo,
el increíble final, donde la atroz matanza de los pretendientes es interpretada
de un modo muy distinto al “oficial” por parte de la mujer.
Sin duda, un volumen espléndido, que nos enriquece mostrándonos la mirada de una mujer sobre un clásico de la literatura occidental que, habitualmente, ha sido leído de otra forma.
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