martes, 9 de octubre de 2018

Europa



Leí hace tiempo (hacia 2009 o 2010, si la memoria no me engaña) un libro de versos de Julio Martínez Mesanza y me causó una estupenda impresión. Después, por la misma causa por la que recalé en él (la casualidad), no volví a acercarme a otro de sus libros.
Hoy lo hago con el delicado y delgado volumen Europa, editado por la sevillana firma Renacimiento, y me agrada decir que sus páginas vuelven a cautivarme, desde el primero hasta el último de los poemas. Qué espléndida sonoridad en los endecasílabos, qué encabalgamientos magistrales, qué ritmo sublime, qué plenitud literaria. Podría explicarlo con tecnicismos filológicos o respaldarlo con erudiciones que lo emparentasen a otros grandes autores, pero lo que me sale es simplemente estar feliz. Feliz por haber redescubierto una voz exquisita, elegante y magnética, de la que procuraré no apartarme mucho en los próximos años.
Caballos moribundos, batallas perdidas, miradas vidriosas, sensación de fracaso, césares cegados, flechas que atraviesan la niebla o dioses vengativos o silentes pueblan estas páginas de serenísima belleza.
Anotaré tres secuencias mínimas del volumen: “La noche es larga, y hombres en la noche, / que nunca han combatido, inventan armas”. “Poder arroja infamia sobre el tibio / y no acepta en su guardia a los neutrales”. “No soy feliz, ni lo seré venciendo. / Ya no quiero vencer”.

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