jueves, 20 de septiembre de 2018

El alba del alhelí




Termino El alba del alhelí, de Rafael Alberti, que no considero un libro meritorio. En sus primeras páginas, sí, me encandiló su gracia saltarina, y sus poemas religiosos dulcemente alígeros, pero pronto se diluyó la magia. Me han gustado mucho en las relecturas (lo dejé debidamente consignado en reseñas anteriores) tanto Marinero en tierra como La amante, pero en estas páginas me he sentido defraudado. Es, desde luego, una prolongación formal, temática y emocional de los dos anteriores; y ahí es donde encuentro que está el problema: en que sigue y sigue y sigue una línea ya trillada. No percibo ningún tipo de innovación, ninguna variante significativa. Es como si la alfaguara se hubiera secado y no promoviera sino repeticiones.
Las publicaciones posteriores del gaditano demostraron que no era así, y que fue capaz de ir variando los ritmos, las técnicas, los metros, para construir una obra muy variopinta y valiosa, donde el surrealismo, el compromiso político o la memoria completaron senderos admirables. Por eso seguimos leyéndolo con agrado, con aplauso y hasta con veneración.
Pero, según entiendo, El alba del alhelí es bastante prescindible: son poemas ya redactados –mucho mejor– en otros libros.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

¡Hola mi querido profesor! pues no lo he leído, pero yo soy de esas que se quedaron enamoradas con "Marinero en tierra" y que me parece muy difícil de superar, después te leo y la verdad, no me entran ganas de leerla, y es que: nadie es perfecto 😉

Besitos 💋💋💋