lunes, 21 de agosto de 2017

Recetas para astronautas



Ser un excelente teórico de la literatura y ser un delicioso y eficaz creador no son atributos que suelan confluir de ordinario en la misma persona, porque la naturaleza no transige con demasiadas vulneraciones al código de la normalidad. Pero Basilio Pujante (Murcia, 1982) constituye en el mundo del microrrelato una de esas gozosas excepciones: se doctoró con una tesis relacionada con el tema y, en 2016, publicó con el sello Balduque esta maravilla que hoy comento y que se titula Recetas para astronautas.
En sus páginas descubrimos el desasosiego por vía intravenosa (“Cuestión de confianza”), la inquietud que siembra en nuestro corazón un relato casi tenebroso (“El bebé del 3º A”), la trivialidad que nos rodea y que se puede subvertir en apenas unos segundos (“Siempre saludaba”), la increíble habilidad del autor para trazar el retrato de una vida en apenas un folio (“Miss Pedanía”) o la posibilidad de que los dioses no tengan la forma que solemos atribuirles (“Dios. Una historia de amor”), entre otros.
Y, como colofón del volumen, tres relatos de mayor extensión, protagonizados por un bibliófilo obsesionado por coleccionar primeras ediciones firmadas por sus autores (“El ladrón de libros”), por una niña que vive una jornada mucho más traumática que festiva (“Comunión”) y por un joven aspirante a profesor universitario que se verá envuelto en Suiza en una situación rocambolesca (“El tema del doble”).
Brillante el lenguaje de Basilio, brillante la selección de diapositivas que pone ante nuestros ojos, brillante su amplitud temática, brillantes sus cierres. Todo en este tomo contribuye a que el lector salga encandilado, puesto en pie, con los ojos echándole chispas y con las manos rojas de aplaudir.

Memorable.

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