lunes, 13 de febrero de 2017

La primera corona



Estamos en el año 66 d.C. y el joven Daniel tiene que desempeñar una difícil y singular misión: debe localizar la corona de espinas que portó Jesús de Nazaret sobre la cabeza durante su agonía crucificada y llevársela a su amo, que la quiere utilizar para unificar a los judíos y convertirse en su rey. Para culminar con éxito su empresa, visita a un viejo carpintero y su esposa María, que estuvieron muy cerca de Jesús y que podrán ayudarle.
Éste es el punto de partida de la novela La primera corona, de Alexander Copperwhite, que pone ante los ojos de los lectores no sólo un tema fascinante, sino también una trama sugerente, en el transcurso de la cual el anciano esposo de María irá contándole a Daniel cómo ocurrieron de verdad los hechos que la tradición ha ido deformando. ¿Quienes asistieron de verdad a la Última Cena? ¿Por qué eligió el pueblo al asesino Barrabás para ser liberado, en lugar de optar por el dulce e inofensivo Jesús? ¿Cómo es posible que el Maestro caminara sobre las aguas, resucitara a Lázaro o diese de comer a miles de personas con el auxilio de unos pocos panes y peces? ¿De dónde extrajo las fuerzas para llegar con la cruz a cuestas hasta el punto donde fue crucificado? ¿Cómo se desarrolló, detalladamente, el episodio de la resurrección?
Con la ayuda de una prosa sencilla, ágil y eficaz, Alexander Copperwhite va convirtiendo lo que podríamos llamar “versión oficial” de la vida de Jesucristo en otra cosa muy distinta. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza o tuerza el gesto pensando en una desmitificación irreverente o burlona. No hay ninguna voluntad sacrílega en sus páginas, sobre todo porque al final de la obra espera a los lectores un anonadante giro de muñeca narrativa, que aporta unos matices inesperados a la historia.

Una novela breve y muy interesante, que sorprenderá a muchos.

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