lunes, 10 de octubre de 2016

Noventa libros y un film



Dictaminó Jorge Luis Borges, en una de sus páginas memorables (el adjetivo resulta ocioso, bien es verdad: todas las suyas lo son), que un escritor construye siempre en sus obras, con lenta parsimonia, un catálogo de amaneceres, pagodas, espadas, árboles, monedas, odios, gestos e interrogaciones y que, cuando llega al ocaso de su vida, descubre con estupor que ese paciente laberinto compone la imagen de su cara. Podría también haber extendido esa observación a sus lecturas: es probable que todas las páginas que desfilan por los ojos, por el corazón y por el cerebro, precipiten de manera lenta o acelerada, evidente o invisible, hasta convertirse en la médula de tus huesos, en la sangre espiritual que fluye por tus venas, en tu rostro auténtico.
Manuel Moyano reúne en Noventa libros y un film (volumen que edita el sello MurciaLibro) una breve muestra de sus paseos literarios y cinematográficos, que nos permiten descubrir no solamente qué obras han suscitado su interés como reseñista en los últimos tiempos sino, sobre todo, la calidad inmarcesible de su prosa, que no baja ni un solo peldaño para amoldarse a las tareas ancilares de la “prosa efímera” de los periódicos. Así (y la aportación de un ejemplo resultará suficiente para ilustrar la evidencia), cuando aborda el análisis de la obra Desgarrados y excéntricos, de Juan Manuel de Prada, afirma: “Resucitados por este sacerdote irreverente, escritores refractarios a la gloria brotan como zombis de las catacumbas del olvido, deslumbrados por la luz de las candilejas tras décadas de un sueño pegajoso y lustral” (p.15).
Confeccionadas con esa prosa de brillo mesetario, Manuel Moyano arracima aquí reseñas zumbonas (como la que dedica al delirante tomo Hercólubus), comentarios neutros (como el que dedica a la novela Esclavos de la oscuridad) y tributos encendidos a aquellos autores a los que admira de forma constante y notoria. Entre ellos sobresalen las figuras de Jon Bilbao o Ángel Olgoso, a quienes consagra varias menciones elevadamente elogiosas. De los relatos del asturiano afirma que lo confirman como “uno de los nuevos baluartes del género en nuestra lengua” (p.62); y del granadino asevera que la suya es “una de las prosas más exquisitas jamás escritas en castellano” (p.30).

Lector inteligente y proteico, Manuel Moyano se apresta en estas páginas a dar cuenta de novelas, libros de microrrelatos, volúmenes de divulgación científica o clásicos reeditados, que son abordados siempre con elegancia para conformar unas reseñas que, pese a la condición volátil que tienen por su condición misma, se leen con embeleso. El sello MurciaLibro continúa enriqueciendo su catálogo con autores de primera línea.

1 comentario:

El Gato Trotero dijo...

No conocía el libro. Me ha aparecido muy interesante.

Un abrazo.
Yolanda