lunes, 12 de septiembre de 2016

Los físicos



Nos encontramos en un sanatorio mental fundado por Mathilde von Zahnd, en uno de cuyos pabellones se encuentran recluidos tres físicos, “tres locos inofensivos y entrañables, dóciles, fáciles de tratar y nada exigentes” (p.19). El primero de ellos cree ser Isaac Newton y, a despecho de lo manifestado por la directora del centro acerca de su condición sumisa, asesinó a una enfermera tres meses atrás; el segundo, creyéndose Albert Einstein, acaba de matar a otra; el tercero, mucho menos infuloso y mucho menos iracundo, se conforma con ser Möbius, un prometedor científico que ingresó en este centro asistencial cuando comenzó a decir que era visitado todos los días por el rey Salomón. No obstante, el clima enrarecido de la institución se volverá aún más irrespirable cuando el cándido Möbius acometa también un crimen idéntico a sus compañeros.
Pero la intriga no se detendrá ahí, porque el lector descubre muy pronto que las identidades y la condición mental de los tres inquilinos no son las que inicialmente pensaba, y la obra ramificaba sus sorpresas hasta un punto que anonada.
Las grandes preguntas que quedan implícitas tras cerrar el volumen son claras: ¿dónde están las fronteras entre la genialidad y la locura? ¿Es posible fijar unos límites al avance tecnológico? ¿Se puede esperar que éste avance por unos senderos que no dañen irreversiblemente a la especie humana?

Friedrich Dürrenmatt, traducido por Juan José del Solar para el sello Tusquets, ratifica en estas páginas su condición de dramaturgo intenso, sólido y lleno de inteligencia, capaz de conducir a sus personajes y a sus lectores por los caminos más insospechados. Un auténtico maestro.

1 comentario:

Beatriz Olivenza dijo...

Qué sugerente. Me lo apunto.