martes, 17 de marzo de 2015

Cada cual y lo extraño



Tengo al gaditano Felipe Benítez Reyes asociado a una imagen alegre para mí: fue el primer autor al que me pidieron reseñar para el periódico murciano La verdad, allá por el año 1992, cuando comencé mis colaboraciones como crítico en dicho medio. De ahí que, de vez en cuando, me acerque hasta las páginas de otro de sus libros y disfrute unas horas con él. No importa que sea poesía, novela o cuentos. Es un autor que me gusta en todos sus registros. Ha ocurrido nuevamente con la colección de relatos Cada cual y lo extraño, publicada por el sello Destino. En mi opinión (que es la que cuenta en este blog, aunque carezca de rango de ley), los más conseguidos son “El mago y los ojos” y “Un examen de química”, aunque en todos pueden detectarse luces y líneas de indudable interés: las ironías de la vida en “Los dueños de las fortunas”; el misterio de fondo que empapa “Las vueltas del futuro”; el desasosiego infinito que depara “El crucero y todo lo demás”; la erosión del tiempo en “Su oro y su plata”; la venganza diferida o inexistente que palpita en “El brigada ilustrado”; la grisácea cotidianeidad de “La víspera”...
En “El mago y los ojos” he sentido, no lo negaré, un punto de melancolía con la historia de ese concejal de pueblo que, después de disfrazarse de Gaspar durante una cabalgata de Reyes, agoniza en un hospital ante la mirada decepcionada de su hijo, que lo juzga un fracasado. “Realidades de artificio” me ha hecho sonreír con el complicado trampantojo que elaboran Natalia y dos de sus amigos para hacer creer a la hija del fallecido erudito local don Álvaro Mendoza Escassi que su padre va a ser homenajeado como merece... Pero el relato que más me ha rozado el corazón de todo el volumen ha sido, sin dudarlo, “Un examen de química”, en el que nos cuentan las dificultades del narrador con tan áspera materia de estudio, y cómo la benévola profesora que la impartía sufrió un grave percance antes de que acabase el curso.

Elegante y eficaz, Felipe Benítez Reyes sale airoso tras esta nueva entrega de su literatura. Yo lo tengo bastante claro: es uno de los buenos.

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