domingo, 22 de febrero de 2015

Maestros del pensamiento



Elaborar un resumen de la Historia de la Filosofía que resulte, a la vez que riguroso, comprensible para un público no especializado constituye una tarea ciclópea que sólo está al alcance de unos pocos. Pablo Redondo Sánchez, una vez leídas las trescientas páginas que conforman su volumen Maestros del pensamiento. Un recorrido por la historia de la filosofía (que le publica Ediciones del Serbal), es evidentemente uno de ellos. Después de tantos volúmenes farragosos, donde los supuestos divulgadores habían sido incapaces de explicarse con un mínimo de transparencia, Redondo nos entrega en estas páginas un tomo deliciosamente exacto, donde por fin se entienden con nitidez las reflexiones de los grandes pensadores de la Historia. El lenguaje con el que el doctor Redondo ha diseccionado los diferentes modelos filosóficos (desde los presocráticos hasta el estructuralismo) es cristalino; sus ejemplos, inmejorables; y sus resúmenes, utilísimos.
Nos explicará cómo Sócrates, feo, gordo, refractario a la higiene y con una mujer insoportable llamada Jantipa, fue el precursor del intelectualismo moral y el creador de la mayéutica (el arte de hacer aflorar los conocimientos de alguien a base de formularle preguntas). Su discípulo Platón se interroga sobre la ordenación escrupulosa del universo, que él atribuye a un demiurgo, y además incorpora al mundo de la filosofía el concepto de las ‘ideas’, unos arquetipos abstractos inmutables que el alma humana conoce de una vida anterior y que recuerda con esfuerzo. Aristóteles postuló la necesidad de un primer motor inmóvil (Dios), con lo que dio el salto a la metafísica. Agustín de Hipona, por su parte, intenta conciliar fe y pensamiento racional, indicando que la religión ha de guiar los caminos de la política. Tomás de Aquino se enfrenta al mismo problema de la conciliación entre fe y razón y otorga el monopolio de la verdad a la fe. Si la razón la contradice, se equivoca. Descartes se esfuerza en una duda radical metódica que, por lógica, ha de detenerse en una evidencia: el hecho mismo de dudar, el cual certifica que existimos. Baruch Spinoza se propuso demostrar que la religión no es el único camino para acceder a Dios. Kant apela al raciocinio de los seres humanos y los desafía: “Atrévete a pensar”. Hegel advierte los tentáculos complejos de la realidad, indicando que las cosas se vinculan necesaria y continuamente unas con otras. Karl Marx habla de la alienación en un marco amplio de humanismo ateo. Para suprimir la lucha de clases no hay —nos dice— mejor camino que suprimir, de hecho, las clases sociales. Nietzsche centra su construcción filosófica en la crítica al platonismo, gran falseador a su juicio del sentido de la vida humana. Sigmund Freud se sumerge en una investigación tan inquietante como iluminadora por el lado más oscuro de la mente humana, para descubrir sus pulsiones secretas...

¿Será necesario seguir, hablando también de Wittgenstein, Heidegger, Ortega y Gasset, Althusser o Foucault? El profesor Pablo Redondo Sánchez nos acompaña con su linterna y su sabiduría a través de las aventuras más sólidas y revolucionarias de la historia del pensamiento occidental y nos deja en las manos unas páginas que, leídas con lentitud, constituyen una excelente ventana por la que dejar entrar la luz y el aire de la filosofía en nuestras vidas. En los tiempos que corren, un auténtico regalo para el espíritu.

2 comentarios:

Manuel Molino dijo...

Es normal que yo leyera esta reseña, por lo menos. Se agradece que aparezcan buenos divulgadores,claros y solventes. Me sorprende que no supriman en la Hª de la Filosofía a los que YA no son nada( toda la Escolástica ) porque nada dijeron. Miles de páginas sin sentido. La filosofía es amiga e intérprete de la ciencia o no es nada.
Un abrazo, Rubén

Anónimo dijo...

Hola Rubén: acabo de descubrir, casi por casualidad, el comentario que has publicado de mi libro. Te agradezco mucho tus palabras, tan elogiosas, y me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo
Pablo Redondo